En un partido entre el Chelsea y el Barça, en Champions, varios jugadores se lanzaron sobre un joven Messi, que acabó por los aires. En la rueda de prensa posterior, Mou, el famoso Mou, dijo que lo de Messi era «teatro del bueno». Messi quedó tan tocado por las patadas de los jugadores del Chelsea que no pudo jugar la final de la Champions. Me da a mí que el desencuentro protagonizado el viernes noche por los socialistas es un gesto, «teatro del bueno» como diría Mou. Es como si los dirigentes socialistas quisieran decirles a los dirigentes de Podemos, menos curtidos políticamente y en participar en negociaciones: «Nosotros estamos aquí y tenéis que respetarnos». Como diría Mou, «teatro del bueno». Evidentemente, no es lo mismo negociar un pacto que una asamblea donde todo el mundo habla, sin un rumbo fijo, y con más ideas que realidades. Hay un detalle que no debe pasar desapercibido: Vicent Torres no asistió a la reunión. Torres no quiere quemarse en unas negociaciones que, previsiblemente, le llevarán hasta la presidencia del Consell d’Eivissa, pero antes habrá muchos encuentros y desencuentros entre ambos partidos. El mismo sábado por la tarde se produjo una situación similar en Palma, donde los protagonistas de la negociación para el Govern también salieron más desunidos que antes de la reunión. He hablado con algún dirigente socialista que está realmente preocupado por el papel protagonista de Podemos. La política, efectivamente, no puede estar en manos de un partido que, en Eivissa y en el contexto balear, ha sido la tercera fuerza más votada. Pero si Podemos se ha crecido es porque otros partidos se lo han permitido. El PSOE sabe que controlará instituciones, pero puede ser pan para hoy y mucha hambre para mañana. Deberían acordarse de UM.