Hemos empezado un mes más en los años de nuestra vida en la tierra. Para nosotros, los que vivimos en Ibiza y Formentera, es un mes en el que empezamos a tener muchos turistas en nuestras buenas y bellas Islas; en España es un mes en el que vamos a vivir la campaña electoral llevada a cabo por los partidos que se presentan a las elecciones convocadas para el domingo 26 de este mes. Pero, al lado de ello y sin excluirlo, para los cristianos quiero recordar y animar a vivir este mes como la Santa Madre Iglesia nos invita a vivir: el Mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús.

En los artículos que compartí con vosotros, estimados hermanos y amigos lectores en este Periódico, en el pasado mes de mayo os hice partícipes de algunas reflexiones acerca del mes de mayo, Mes de María, para animaros a mirar a la Virgen, aprender de Ella y ser ayudados por su poderosa intercesión ante Dios, nuestro Padre común, teniendo en cuenta que Jesús, tras su experiencia de ser en la tierra hijo suyo por obra del Espíritu Santo quiso en su misericordia y amor por todos nosotros, por todos sin excepción, confiarle que fuera Madre nuestra. En este mes de junio, con sencillez y con los mejores deseos para cada uno, voy a compartir con quienes queráis acogerlo, unas reflexiones sobre el Corazón de Jesús, para conocerlo más, corresponder a su amor y que la devoción a Él nos ayude a amar y vivir en el mundo como lo hizo Él, que nos encargó: “Amaos los unos a los otros como yo os he amado” (Jn 13,34).

En nuestra Diócesis tenemos un grande y extraordinario monumento al Corazón de Jesús que el Obispo Antonio Cardona Riera, conocido localmente como el Bisbe Frit, promovió su construcción y fue inaugurado en 1947 en la montaña que era conocida como Puig de na Ribas. Durante la persecución religiosa de 1936 en nuestra Diócesis fueron asesinados 21 sacerdotes, de los cuales hemos llevado a cabo el proceso de beatificación por martirio. El Obispo Cardona cuando iban a asesinarlo pudo huir de una forma insólita y desde Dalt Vila se dirigió hacia Puig d’en Valls y desde allí hasta Puig de na Ribas donde fue ayudado por unos vecinos de la zona que lo escondieron durante días, a veces incluso en un pozo para ocultarlo, hasta que se resolvió ese triste asunto. Agradecido, pues, a Dios y a los vecinos que le ayudaron en su persecución erigió allí ese monumento que tiene 23 metros de altura y cuya estatua fue obra del escultor valenciano Antonio Sanjuán.

Allí se ha llevado a cabo un culto especial al Sagrado Corazón de Jesús y, como desde hace años, esta tarde, a las 19,30 celebraremos la Santa Misa y proseguiremos con una procesión bendiciendo desde allí nuestras Islas de Ibiza y Formentera, pidiendo que bajo la protección de Dios, con su misericordia y su ayuda, sean lugares de paz, de pacífica convivencia, de fraterna estima, de ayuda común. Al compartir con vosotros, estimados lectores, algunos aspectos de la devoción al Sagrado Corazón, os invito y animo a participar un año más a esa celebración: si Dios quiere y queremos nosotros allí nos veremos.

Si nos preguntamos: ¿qué es la devoción al Sagrado Corazón de Jesús? Podemos ver que ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, meditando en el Corazón abierto de Jesús de donde salió sangre y agua (Jn 19,34). El Corazón de Jesús simboliza y expresa el amor misericordioso hacia nosotros, un amor totalmente desinteresado hacia sí mismo: no es en beneficio suyo sino en beneficio hacia nosotros.

Con su ejemplo y con su acción el Corazón de Jesús hace nacer la Iglesia y abre las puertas del cielo. Así, con su reinado establece la civilización del amor, venciendo al odio, las malas pasiones y las pulsiones de violencia.

Seguiremos reflexionando sobre ello a lo largo de este mes, de modo que este mes de junio, un año más, nos ayude, promueva y fortalezca nuestra devoción, es decir, nuestra entrega a Jesús en la figura e imagen de su Corazón y ello sea una de las características de nuestra vida.