Me enorgullezco de colaborar con un medio de comunicación que, dejando de publicitar anuncios sexuales y de prostitución, pone por delante la coherencia y el interés social a su propia cuenta de resultados, reforzando su credibilidad. A esto se le llama predicar con el ejemplo y exhibir coherencia, que a la postre es lo más importante que tiene cualquier periodista y todo periódico: su coherencia y su credibilidad. No se sostiene por ningún lado mostrarse sensible contra las violencias machistas y a la vez, publicitar una de las peores formas de violencia contra la mujer, la prostitución, que es a mi juicio la esclavitud del Siglo XXI. Me recuerda a esa importante emisora de radio que, a la vez que impulsa una genial campaña contra los accidentes de tráfico; invitándonos a ponerles freno, publicitan avisadores de radares para que la DGT no nos toque el bolsillo y un gabinete legal que recurre todas las multas que nos pongan, e incluso una empresa que te pagará cuando te retiren todos los puntos del carné.

Ha llegado el momento de pasar de las palabras a los hechos y dejar de ser hipócritas. Confío en que toda la prensa escrita en papel de Balears seguirá el ejemplo de Periódico de Ibiza y Formentera, venciendo la tentación de quedarse con el pastel publicitario, ahora en exclusividad en las Pitiusas tras la renuncia de este rotativo. Pero ¿por qué quedarse solo aquí? ¿Les parece normal que estemos discutiendo sobre si los taxistas ibicencos deben vestir con cierta uniformidad y a la vez nos importe un bledo que lleven anuncios de prostitución en sus puertas laterales? Sucede que si nos creemos lo de acabar con las violencias machistas, debemos ser coherentes y no tolerar los anuncios sexistas que las denigran. Aunque nos cueste dinero, como al Grupo Prensa Pitiusa. ¡Hagámoslo todos!