Una de las cosas que ya advertimos con aquel registrador de la propiedad que fue presidente del Gobierno de España y que ahora advertimos con más gravedad en Sánchez es que no tenemos un modelo de país, tenemos muchos gestos, que si los refugees welcome, que si los pobres, que hay que confortar a Quim, que si Franco por aquí y la memoria histórica por allá, que los presos políticos, que tenemos que disfrutar de este gobierno de progreso (aunque el progreso no se vea por ningún lado) y que el Pisuerga podría no pasar por Valladolid, pero modelo de país, lo que se dice modelo de país no tenemos porque es más fácil soltar cuatro buenismos imposibles de cumplir que ponerse a trabajar a pie de plano y obra en cómo vamos a mejorar el sistema productivo de España. Nuestro país parece que va hacía ningún sitio o a la pura gesticulación. España va sola y aquí parece ir todo por inercia porque los políticos están en Babia preparando la siguiente campaña electoral que es lo único que les importa o haciendo dosieres a los enemigos de su partido o entorpeciendo la acción dinámica de la sociedad. Carecemos completamente de un modelo de país, no sucedía así en la década de los sesenta. ¿Cómo se mejora el sector turístico?, pues prohibiendo a los propietarios y asunto arreglado. No hay inversiones que vertebren España, cada taifa a su bola. Pongamos un ejemplo ilustrativo japonés de lo que quiero decir: una de las grandes obras de la ingeniería mundial es el recorrido ferroviario del tren bala, shinkansen, toda la rama central de dos de las tres islas grandes niponas están ya conectadas. O sea, hay un modelo para ir mejorando lo importante de un país, no están en la chorrada permanente.