Dice el Govern que el impacto publicitario del plan piloto turístico ha sido de 35 millones de euros, pero lamentablemente solo han llegado 2.000 turistas alemanes en una semana de los 10.500 que anunciaron que vendrían en 14 días. La publicidad es positiva, pero sigue habiendo muchos interrogantes sobre el futuro turístico, y me temo que hay demasiado miedo a volar ante el riesgo de contagios.

Los aviones comienzan a llegar a las Islas llenos de extranjeros que vienen a disfrutar de sus segundas residencias, pero de momento hay muy pocos turistas que vengan para alojarse en hoteles y apartamentos turísticos. Aún así, empresarios muy valientes siguen abriendo sus negocios pese a tener muy poco apoyo del Gobierno, que sigue racaneando con el calendario de los ERTE porque no entiende la realidad de las empresas y que les interesa más el mitin ideológico que resolver los problemas reales de la economía.

Me temo que tras haber acabado el estado de alarma la improvisación gubernamental está al mismo nivel que existía antes de asumir la gravedad de la crisis sanitaria a mediados de marzo, pero confiemos en que el buen trabajo de empresarios, a los que les sobra el sentido común que les falta a los políticos que nos ha tocado sufrir, sea suficiente para reactivar la economía, impulsar la llegada de turistas, y evitar una crisis económica sin precedentes. Seamos realistas: de nada servirá el impacto de 35 millones en publicidad del plan piloto de Baleares si nuestros mercados emisores no perciben que somos un destino seguro, y lamentablemente siguen apareciendo en nuestro país demasiados ejemplos de comportamientos cívicos irresponsables. Mientras aparece la vacuna, al menos no demos la nota ante el resto del mundo. Lo podemos pagar muy caro.