Cuando los actuales diputados hacen campaña siempre dicen que cuando lleguen a Madrid se dejarán la piel por Ibiza y Formentera, que conseguirán muchas inversiones, prometen el oro y el moro, aseguran que presionarán al presidente del Gobierno y a los ministros porque ellos solo piensan en los ciudadanos de las Pitiusas.

La prioridad es Ibiza y Formentera, insisten, pero la realidad es muy diferente. Observo con mucha envidia que las Islas Canarias tengan en el Congreso a una diputada como Ana Oramas, de Coalición Canaria, que ha hecho más por Baleares que Sofía Hernanz y todos sus compañeros de las Cortes que representan a las Islas.

Porque hay que ser muy disciplinado para hacer un comunicado en el que se defiende que Baleares tendrá en 2021 unas inversiones históricas, las mejores de los últimos 20 años, pese a ser unos presupuestos dañinos para Ibiza y Formentera. Si Sofía Hernanz leyó las opiniones de los lectores sobre su versión de los presupuestos se habrá dado cuenta que su argumentario no ha convencido lo más mínimo. Sofía Hernanz parece vivir en otro mundo porque ni sus compañeros de partido en Balears están satisfechos con las cuentas estatales. Sumar a la inversión estatal los fondos europeos y los convenios es hacer trampas, así de claro. Si tenemos en cuenta todo el dinero que se ahorrará el Estado este año 2020 con la bonificación de residentes por el desplome de los viajes de los ciudadanos de Balears el trato del Gobierno Sánchez/Iglesias es simplemente vergonzoso.

No pretendo que los diputados se dejen la piel en Madrid, que rompan la disciplina de partido cada semana, pero creo que se les puede pedir algo más que apretar el botón para votar desde su cómodo escaño. Y si no consiguen sus objetivos, al menos que no intenten tomarnos por tontos.