Esta semana la diputada ibicenca de VOX, Patricia de las Heras, dio toda una lección de ignorancia al confundir la expulsión de los musulmanes con el verdadero motivo de la celebración del Día de las Islas Baleares: la publicación de nuestro Estatut d’Autonomia. Es habitual en los representantes de la formación ultraderechista ese tufillo pestilente a racismo y xenofobia, como también lo es que propaguen su necedad sin el menor atisbo de rubor. De hecho, ese discurso es el mejor cebo para los cuñados que les aplauden. En lugar de pedir disculpas y callar, la representante de VOX lo único que supo hacer es intentar escurrir el bulto de la manera que le han enseñado: acusar a los partidos «acomplejados» de su propia ignorancia. Prosiguió su esperpéntica monserga confirmando algo que ya sabíamos: que ella no representa a los ciudadanos de Baleares, sino «a la soberanía nacional».

Todavía desconoce que aquellos que la encumbraron a la cámara baja fueron los ciudadanos de esta provincia. Pero ya sabemos que VOX no está para defender nuestras islas, sino para proponer liquidar la autonomía, devolver a Franco al Valle y seguir viviendo de los chiringuitos de los que se alimentan. De las Heras ya ha demostrado que su único talento consiste en repetir los mantras que le impone el argumentario del partido, pero exacerbar sus nulos conocimientos con orgullo es algo de lo que se debería privar si quiere que alguien la tome en serio. Gritar mucho y pensar poco parece ser su máxima, pero estaría bien que los representantes ibicencos en las Cortes Generales no causaran vergüenza ajena. Al principio pueden hacen gracia, pero cuando ves su sueldo público entristece saber que las arcas públicas riegan con abundancia la cuenta corriente de estos ilustres ignorantes.