Joven Dolores, en concierto. | Archivo

El titulo del tercer disco de Joven Dolores parece un sincero agradecimiento a lo que han vivido desde su aparición en 2019 con Galopa los días. Un impulso que les ha catapultado a la élite del indie rock alternativo de nuestro país. No es de extrañar el éxito de la banda ibicenca, sus letras son honestas y hablan de cosas reales, no de marcianos que devoran cadáveres exquisitos, con todos los respetos. A sus potentes guitarras y cuidados arreglos, pone el broche de oro la formidable voz de David Serra, esa brillante combinación está conquistando a sus seguidores.

Presentaron este disco entre amigos en el Teatro Ibiza, con su directo potente e impactante.
Están en plena forma después de cerrar una extensa gira de conciertos que les ha llevado por toda España y a punto de iniciar otra el próximo mes de abril, que ya tiene fechas de norte a sur de la península. Personalmente, lamenté que Joan Barbé y David Serra aparcaran Projecte Mut, formación con la que pusieron música a la poesía pitiusa, además de sus letras propias, en las que la idiosincrasia propia de las islas estaba muy presente. Fue un impulso brutal para el folk de nuestras islas.
Pero es comprensible y debemos celebrar la evolución de estos dos grandes músicos que están llevando el sonido creado en Ibiza a todos los rincones del país, habiendo sumado el talento de Frederic Torres al bajo y Joan Carles Marí a la batería.

Entre las muchas ciudades donde tocarán sus nuevos temas, se encuentra Ibiza con un concierto gratuito en Es Nàutic el próximo 7 de abril, así que apunte la fecha y vamos todos a impulsar un poco más todavía a esta Joven Dolores que vuelve a navegar a toda maquina más allá de es Freus. En todo caso confío, que en sus apretadas agendas haya algún día para recuperar el Projecte Mut de vez en cuando.