Un momento de la noche electoral del PSOE tras conocer los resultados. | Arguiñe Escandón

La  izquierda no le ha funcionado la estrategia de legislar a golpe de lema, como tampoco ha servido de nada esa superioridad moral con la que han tratado a todo aquel que no les ha alisado el lomo. Estas elecciones han supuesto un varapalo sin precedentes a Agustinet, Pilar Costa y Rafa Ruiz, quienes deberían dimitir esta misma semana, a tenor de la sentencia condenatoria emitida por los ciudadanos. Con un liderazgo caduco, un proyecto inconsistente y unos socios más preocupados por el lenguaje inclusivo que por los problemas reales de la gente, la debacle que han sufrido es un correctivo que debería hacerles virar por completo.

Su intento de censurar a Periódico de Ibiza y Formentera y a la TEF no ha parecido surtir efecto. Atacar irresponsablemente y con soberbia al principal grupo de comunicación de la isla era una estrategia suicida que demuestra que en Can PSOE no hay nadie al volante. Salen vapuleados de Vila, en el Consell tan sólo consiguen 3 exiguos escaños, pierden Sant Josep y caen en el resto de municipios. Esta enmienda a la totalidad es un grito más que un susurro. La arrogancia y el sectarismo del que han hecho gala han condenado al PSOE a una renovación inaplazable.

Los ibicencos han acabado con la carrera política de Agustinet y Pilar Costa quienes salen por la puerta de atrás de la política después de haber tomado una decisión errónea tras otra. La plana mayor y sus pésimos estrategas deben rendir Breda y entregar el partido a una nueva generación que no cometa los errores de sus predecesores. Por su parte, Gloria Santiago podrá seguir haciendo vídeos, Aitor Morrás tomando chupitos y otro concejal de Vila crear cuentas cuentas fake en twitter. Los ciudadanos han querido que tengan más tiempo libre. Tanta paz lleven como descanso dejan.