El día grande de Sant Miquel es una de las fiestas patronales más bonitas de la isla de Ibiza. | Moisés Copa

El pequeño pueblo de Sant Miquel de Balansat ha celebrado este viernes su día grande por todo lo alto. Decenas de vecinos, y algún que otro turista curioso, pudieron disfrutar de una jornada repleta de actividades que se extenderán todo el fin de semana.

El día grande se inauguró desde bien temprano, con un repique de campanas a las 09.00 horas que anunciaba la festividad del patrón del pueblo. Tras ello, y como marca la tradición, la iglesia de Sant Miquel acogió la misa solemne oficiada por el obispo de Ibiza, Vicente Ribas Prats, quien fue párroco del pueblo durante nueve años. Las altas temperaturas del día de este viernes no han sido un impedimento para las decenas de vecinos que se reunieron en la parroquia portando sus prendas más elegantes. «Es un día para disfrutar, para reunirnos todos los del pueblo, especialmente los mayores», señaló Cata, una vecina de la zona. Tampoco faltaron a este esperado día representantes políticos, como el presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, o la alcaldesa de Sant Joan, Tania Marí.

Una vez finalizada la misa, tuvo lugar la procesión por las principales calles de Sant Miquel y que finalizó nuevamente en la iglesia. En el patio de la misma, aguardaba un espectáculo de ball pagès a cargo un año más de la Colla de Balansat. El espectáculo de baile sacó la sonrisa de muchos vecinos, especialmente cuando era el turno de los más pequeños de la colla. Algunos asistentes más atrevidos, incluso, se animaron a bailar junto a la agrupación. Tras la magnífica actuación que finalizó con un estruendo de aplausos, fue el turno del reparto de dulces típicos ibicencos, donde no faltaron los bunyols y las orelletes, junto al vi de la terra.