Los usuarios de Colisée salen para disfrutar de la Navidad en Vara de Rey. | Maga López Arriazu

Este martes ha sido la primera ronda de taxis que han llevado a los usuarios de las residencias de mayores de Ibiza hasta Vara de Rey para que disfruten del decorado y la ilusión de la Navidad.

Un Nadal, un Somriure se llama la iniciativa impulsada por taxistas de Ibiza, que llevaron a cabo junto a los voluntarios del Ayuntamiento de Ibiza. Durante esta primera jornada de paseos solidarios, un total de ocho taxis trasladaron a casi 30 usuarios desde la residencia Colisée hasta el paseo Vara de Rey. De estos vehículos, la mitad eran adaptados para transportar sillas de ruedas y andadores. Los primeros cuatro taxis dejaron a los usuarios al final de la avenida España sobre las 18.30 horas y la otra mitad entró por el lado del puerto unos 20 minutos después.

Allí fueron recibidos por los ayudantes y, una vez desembarcados, cada persona fue destinada a un voluntario cuya misión fue acompañar y guiar. «Como siempre intento cooperar para lo que haga falta y esto de los abuelos nos encanta porque les hace muy bien a ellos», indicaba Lidia, una de las voluntarias. David Povedano, taxista voluntario, recalcó la solidaridad de la gente que según contó se estuvo apuntando hasta último momento a la acción. Para él, «solamente con ver las caras de la gente ya vale la pena».

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En un momento todo el paseo estaba lleno de señoras y señores con miradas de asombro y felicidad, acompañados por los voluntarios que muy fácil se distinguían con sus chalecos amarillos. Mientras unos paseaban, otros se iban con sus familiares a tomar un café calentito o incluso otros optaron por entrar a la gran carpa del paseo para ver cómo en ese momento jugaban al bingo. «Mira qué bonitas estas figuritas», observaba una de las usuarias de los puestos del mercado de Navidad de Vara de Rey.

Maruja tiene 86 años y lleva dos en la residencia. Ella iba acompañada este martes de su hija y, con una sonrisa que deslumbraba en su rostro, explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que está muy feliz. «Todo me ha gustado mucho, mucho», afirmó y recalcó que le «gustaría un recuerdito, pero hay que verlos más de día». Ella iba mirando a todos lados mientras su hija le recordaba que hace unos años vivía muy cerca del paseo Vara de Rey.

Ariana Palau es técnica de animación sociocultural y nieta de una de las residentes y, junto a su compañera Nuria, se encargan de organizar todas las actividades de entretenimiento y exterior que ellos realizan. Afirmó que para muchos de ellos supone un reto salir del centro ya sea por falta de herramientas o de compañía: «Hay muchos que no tienen la posibilidad de salir porque es muy difícil encontrar vehículos adaptados para ellos o incluso hay muchos que no tienen familias o que la gente que les apoya tiene incluso su misma edad y, por lo tanto, están en las mismas condiciones».

La animadora afirmó que algunas veces llegan al destino un poco desorientados a raíz de la demencia o del shock que puede suponer salir de la rutina, pero asegura que «tienen muchísima ilusión, pues ellos son los primeros en apuntarse cuando se les dice de salir y se ponen muy felices», concluyó.