Como ya es tradición en cada Navidad, este miércoles el colegio Nuestra Señora de la Consolación ha vuelto a recrear su especial belén viviente con la participación del alumnado y profesores. En esta ocasión, el popular pesebre volvía una vez más a celebrarse en el centro escolar, tras el anterior celebrado en el Parque Reina Sofía.

En total, han sido unas 850 personas, incluidos alumnos desde los tres años hasta los mayores de 1º de bachillerato, los que han dado vida a un espectacular belén que edición tras edición «va mejorando» y en el que no ha faltado detalle. «Ya son 10 o 12 años que llevamos realizando este macroproyecto y cada año vamos creciendo», señaló Marisa Roig, directora pedagógica del centro.

Como explica Roig, este año el belén ha querido rendir un homenaje a las costumbres y cultura ibicenca. Por este motivo, el portal de Belén estaba representado con un portal de feixa ibicenco y muchos de los protagonistas, como la Virgen María o San José, se vistieron con indumentaria tradicional de la isla. Asimismo, en la música, otra de las grandes protagonistas de la mañana, también estuvieron presente las tradiciones ibicencas, acompañadas a su vez de espectáculos de ball pagès. «En el momento de los reyes magos han tocado un oferiment, acompañado de musica ibicenca instrumental, como las gaitas. Es muy importante no perder nuestras costumbres y tradiciones», recalcó Roig.

En este sentido, padres, madres, vecinos y vecinas de Ibiza, no quisieron perderse este belén viviente que ya es uno de os eventos más destacados y esperados en fechas navideñas. «Es una oportunidad para los niños que nunca han sido protagonistas tengan un momento de gloria y que para su formación pueden ser mágicos», señaló Cati Palau, coordinadora del belén viviente.

Sin duda, un día muy especial que todos los alumnos de La Consolación llevaban esperando desde que empezaron a ensayar la representación, hace un mes y medio. «Esto tiene mucho trabajo por detrás, sobre todo porque somos mucha gente», señaló Elena García, alumna que representaba a la Virgen María. «Me ha supuesto mucho trabajo y esfuerzo, sobre todo porque estando en 1º de bachiller notas más la carga de exámenes y deberes, pero me ha encantado. Voy a tener este recuerdo toda mi vida y estoy muy agradecida por ello», finalizó.