Pequeños y mayores conocieron los diferentes tipos de almendra que existen y sus usos gastronómicos. | Toni Planells

Este domingo se celebró la Feria de la Almendra en el pueblo de Santa Agnès. Un evento que congregó a cientos de participantes y en el que se pudo disfrutar de talleres gastronómicos relacionados con la almendra, además de muestras de las distintas variedades que se han venido cultivando en Ibiza a lo largo de los años.

Los talleres gastronómicos corrieron a cargo de Erika Tangari y Cristina Franco, quienes elaboraron yogurt y bombones respectivamente con la almendra como ingrediente fundamental.

Uno de los puestos instalados en el aparcamiento mostraba hasta variedades de almendras cultivadas a lo largo de toda la isla. Desde variedades más tradicionales como la mollar, la mollarica o la taronjal, hasta las de nuevas plantaciones como la variedad marta, espineta, pau o antoneta.

Josep Lluís Joan, técnico de promoción alimentaria del Consell d’Eivissa, reconoció que «el cultivo de la almendra no tiene nada que ver hoy en día con lo que había sido y significó años atrás». Joan se refierió así a que «se habían llegado a exportar hasta 2.000 toneladas de almendra en los años 60, mientras que la producción total del año pasado apenas llegó a tres toneladas y media en total». Como ejemplo de la importancia que llegó a tener el cultivo de la almendra para los ibicencos, Joan pone como ejemplo que «con lo que ganaba la gente con las almendras se podían comprar un piso», mientras reconoce con estos argumentos que «hemos tenido una época de 200 años de producción que ya se ha terminado». Las razones que expone el técnico de promoción alimentaria del Consell van más allá «de la poca agua que está cayendo» y también apunta al «abandono gradual que ha venido sufriendo el campo ibicenco, que ya no se trabaja como se hizo hasta la llegada del turismo a partir de los años 60». «De la misma manera que cuando hay una ola de calor quienes más lo sufren e incluso acaban muriendo son las personas mayores, con los almendros pasa lo mismo; en esta época los árboles que se están muriendo son los más viejos», explica Joan.

No obstante, Joan no dejó de poner en valor la calidad de la almendra ibicenca, que «es mucho más dulce que el resto y muy apreciada en el sector de la pastelería», y reivindicó este producto como «algo exclusivo que puede ofrecerse a un precio exclusivo, de la misma manera que ocurre con otros productos, como la sal de Ibiza», según concluyó.