Momento de la colla de Sant Francesc | María Parejo Ribas

Poco antes de las 12.00 horas de este domingo, Sant Francesc de s'Estany daba comienzo a la fiesta popular en honor a su patrón, Sant Francesc de Paula. Numerosas personas tanto de la parroquia, como de fuera no quisieron perderse esta fecha, en la que la tradición, como siempre, no faltó. Una misa profesada por el obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Ribas, fue la que dio comienzo a la celebración. En este día no faltaron el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, y el alcalde del municipio de Sant Josep, Vicent Roig, así como otras figuras políticas.

Aunque muchos decidieron quedarse a la eucaristía dentro de la parroquia, otros prefirieron esperan en la plaza que hay fuera de esta. Entre los presentes que se quedaron a esperar la procesión había una tónica común: las quejas porque el bar frente a esta se encontraba cerrado.

Cabe destacar, que durante este día coincidió una visita de turistas a la parroquia. Estos no dudaron en pedir fotos a los iban vestidos de pagesos, puesto que les llamó la atención los trajes tradicionales ibicencos.

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Una vez terminada la misa, que duró alrededor de una hora, continuó la procesión, bajo el bochorno de un día nublado en el no parecía que el calor fuese a apretar. Viendo las imágenes se encontraba entre los presentes Carmen Molina, una mujer de Sant Jordi, pero que decidió acudir a Sant Francesc, puesto que según ella, entre ambas localidades «somos primos-hermanos».

En cuanto a la tradición que se puede ver en los días de fiesta lo tiene muy claro :«Esto no se tiene que perder. Los pequeños que vienen ahora tienen que saber lo que se hacía años atrás».
En esta festividad también se encontraba gente de la propia localidad, como es el caso de Marta Marí, quien apuntó que en este día se reúne toda la familia. Con ella estaba Estibaliz Lastra, natural de Navarra, pero que lleva un año viviendo en Ibiza. «Las fiestas son totalmente diferentes, sobre todo la fiesta», reconoció. Por su parte, Marí destacó lo siguiente: «No soy mucho de fiestas de pueblo, pero tengo que admitir que hay un buen ambiente de pueblo que nunca se ve».

Al acabar la procesión, se dio paso al ball pagès, que en esta ocasión corrió a cargo de la Colla de Sant Jordi. Asimismo, durante este momento, se repartieron orelletes, vino y refrescos, para terminar de endulzar una jornada repleta de cultura.