CONCHA ALCANTARA «Muchos de los que adoptan internacionalmente vuelven a repetir», apuntaba la coordinadora jefe del Servicio de Menores del Consell Insular, Rosalía Moreno. Ese ha sido el caso de José María y Marisol, una pareja de Eivissa, que tiene dos hijas adoptadas en China: Patricia, de tres años, y Coral, de 20 meses.

La pareja se decantó por la adopción en un país asiático fascinada por la cultura oriental. «Primero pedimos la adopción con China, pero no había convenio y no era posible. Nos recomendaron Colombia», relata Marisol. Cuando realizaban los trámites se difundió la noticia de varias parejas que habían adoptado niñas en China. Se pusieron en contacto con ellos y comenzó su historia: «El proceso fue muy largo porque España no tenía convenio de adopción con China, pero con Coral fue muy fácil. Una vez que reciben el expediente, la espera es más corta», señala Marisol.

La pareja viajó a China por primera vez para recoger a su hija Patricia en agosto de 1996: «Se nos hacía imposible esperar aquí y nos fuimos antes de tiempo», añadió. El recuerdo del primer encuentro en la habitación del hotel donde estaban alojados es especialmente grato: «Era una bolita redonda. Muy simpática y risueña». En julio de 1998 repitieron la experiencia y regresaron de nuevo a China para recoger a Coral, pero esta vez con Patricia.