Benirràs acogerá el próximo sábado la fiesta de los tambores, aunque el evento tendrá carácter «excepcional» y estará estrictamente limitado, según el preacuerdo al que llegaron ayer un grupo de defensores de esta celebración y el conseller de Medi Ambient i Ordenació del Territori, Joan Buades.

Por primera vez, según explicó el conseller, se tramitará una solicitud en el Consell pidiendo permiso para organizar esta fiesta y, también por primera vez, las personas que consten como organizadoras suscribirán una póliza de seguros que cubra eventuales riesgos «sanitarios y de incendios». Los responsables también se ocuparán de las tareas de limpieza necesarias el día posterior al acto.

El acuerdo también señala que entre las diez de la noche y las cuatro y media de la madrugada estarán completamente cerrados al tráfico los tres caminos de acceso a Benirràs, de forma que ni coches ni motos podrán acceder a la playa durante este horario, aunque sí se permitirá la salida de los que hayan llegado con anterioridad.

El Consell, por su parte, garantizará la presencia de una ambulancia y un camión de bomberos. También será la institución quien recuerde a los bares que, según la normativa municipal, no podrán estar abiertos pasada la medianoche, y quien solicite a Cespa que se coloquen suficientes papeleras o contenedores. «Esto significa que habrá un nuevo Benirràs, mucho más restringido, lo que de alguna manera enlaza con el sentido original», dice Buades.