Miquel Ruiz recoge el obsequio que le entrega uno de los camareros de Sa Parada.

Finalmente se ha despejado, aunque sólo sea a medias, una de las incógnitas que mantenían en vilo a los formenterenses desde principios de esta semana, cuando se supo que el 'sueldazo' de la ONCE de esta semana había caído en la isla. ¿Quién ganó el cuponazo de la ONCE del pasado domingo? ¿Quién llevaba la serie 035 del número 53.612?

Los afortunados son una familia menorquina compuesta por los abuelos, los hijos y los nietos que el pasado domingo al mediodía se detuvieron a comer en el Restaurante Sa Parada a las afueras de Sant Ferrán de ses Roques. En este establecimiento Miguel Ruiz, el vendedor de la ONCE que repartió todos los números de la suerte en Formentera, había dejado diez cupones de los que ocho acabaron viajando fuera de la isla, principalmente a Eivissa, y a Menorca que, en este caso, se llevó el gordo, un sueldo de 60.000 euros, 10 millones de pesetas, durante 25 años.

El encargado del Restaurante Sa Parada, Jose, recibió ayer una llamada desde Menorca en la que los agraciados con la fortuna en forma de euros le invitaban a él y a su familia a viajar hasta la isla para celebrarlo de forma conjunta. Según explicaba ayer Jose a Ultima Hora Ibiza y Formentera «les hemos dicho que sí, que iremos», aunque aseguró que se desplazará con su familia más adelante, presumiblemente al terminar la temporada. «Seguro que nos veremos» afirmaba satisfecho y convencido el encargado de Sa Parada.

Esta afirmación parecía un tanto fútil ya que tanto Jose como otro trabajador del mismo establecimiento se habían quedado con un cupón del 53.612 por lo que han ganado 30.000 euros, 5 millones de pesetas, cada uno de ellos.

El vendedor de cupones, Miguel Ruiz, no para de vender
Paco, uno de los camareros del Restaurante San Francisco que también obtuvo un pellizco en el sorteo de la ONCE del pasado domingo, entregó ayer a Miguel Ruiz, el vendedor de la suerte, un obsequio como agradecimiento por haberle dejado unos cuantos euros en el bolsillo. Desde el lunes Miguel se ve desbordado tanto por la solicitud de cupones como por las muestras de agradecimiento de los compradores. «Aunque no me quedé ningún número estoy igualmente contento porque veo que ha tocado a trabajadores o gente que no anda sobrada de dinero», comentó.