Un cielo plomizo avisaba ayer del riesgo de lluvia a lo largo de la mañana en la que predominó un calor sofocante, propio de estas fechas. La amenaza se convirtió en una realidad al mediodía cuando empezaron a caer las primeras gotas hasta llegar a la tromba de agua que inundó las calles de la ciudad de Eivissa en pocos minutos. La fuerte intensidad de las lluvias pudo, una vez más, con la capacidad de las alcantarillas que se desbordaron ya que el actual sistema de desagüe no funciona en situaciones como la vivida ayer.

Los peatones y conductores que circulaban por las calles de la ciudad, como Ignacio Wallis, Avenida de Santa Eulària, Isidoro Macabich o Bartolome Vicente Ramon, volvieron a ser víctimas de un hedor insoportable que emanaba de las alcantarillas ya que los excrementos salieron a la superficie. Los operarios de la empresa de limpieza municipal Cespa se encargaron de retirar la suciedad de las calles. Ante esta situación, la Petita i Mitjana Empresa pidió ayer que se acometan, con urgencia, las obras del sistema de pluviales.