Numeroso público se transformó y acudió a la fiesta Flower Power que se celebró en la plaza de San Francesc el sábado por la noche. Foto: GUILLERMO ROMANÍ

El mercadillo de Punta Aarbí en Es Canar celebró ayer su fiesta flower power en lo que fue el último acto de las fiestas patronales de esta localidad. Además de los habituales puestos hippies que llenaban de colorido el recinto también hubo durante la tarde de ayer numerosas actividades para todos los gustos, aunque el plato fuere vendría al anochecer con numerosas actuaciones musicales. «El año pasado vinieron unas 3.000 personas a la fiesta, este años esperamos repetir la hazaña», explicó uno de los directores del mercadillo, Francisco Cea.

Mientras comenzaban a llegar los primeros hippie, un zancudo que se hacía llamar Doctor Amor y el hada que le acompañaba recorrían las calles del mercadillo entregando flores a los asistentes. Se trataba de Àlvaro y Karem que con esta performance habrían las actuaciones de la tarde de ayer. En la carpa principal comenzaba entonces una obra de teatro infantil. Los títeres de cecilia representaban esta vez la historia de Alibaba y los 40 ladrones. Para los más pequeños también había un taller de pintacaras de fantasía. Monti decoraba la cara del pequeño Kenam de tres años con su color favorito, mientras que su compañera Natalia le ponía purpurina a otro pequeño que jugaba con la pintura.

La protagonista indiscutible de la velada era la música que comenzaría sobre las 22,00 horas de la noche. Mientras caía el sol, algunos grupos fueron ensayando y haciendo sus pruebas de sonido en el escenario. Benidrums hacían sonar sus instrumentos para comprobar que todo estuviera a punto para la gran fiesta.

El mercadillo de Punta Arabí cumplió el año pasado su 35 aniversario. En esta ocasión ha querido integrar la fiesta flower power de ayer como actividad final de las fiestas de Es Canar, reviviendo el espíritu hippy con el que empezaron hace ya 36 años.