En un contexto político convulso y que incita a la reflexión y el análisis, se respira (cada vez más desde que dimitiera Maria Antònia Munar), la posibilidad de que se anticipe la cita con las urnas. El sociólogo y presidente de la Fundación Gadeso, Antonio Tarabini, responde a las cuestiones básicas sobre cuál sería el desarrollo de unas posibles elecciones anticipadas.

-¿Cuál sería la fecha tope para su convocatoria?
Las elecciones no se pueden adelantar durante el año anterior al que les tocara celebrarse. Si no me equivoco, las elecciones se deberían celebrar el 24 de mayo de 2011 y las anticipadas se tendrían que convocar antes de que se cumpla el año previo.

-¿Y cuándo se celebrarían?
A partir del momento en el que se convocaran elecciones anticipadas, el gobierno se disolvería y se formaría una comisión, la Diputación Permanente, que debe gestionar el día a día. Después, el gobierno queda en funciones y ya no puede tomar ninguna iniciativa, sólo gestionar. Desde que se convocaran hasta ir a las urnas podrían pasar hasta tres meses. Podríamos hablar de una hipotética cita electoral, como pronto, para septiembre.

-¿Cuáles serían las instituciones que se decidirían en estas elecciones?
Sólo el Parlament. Ni Consell ni Ayuntamientos. Éstos últimos se rigen por la Ley de Administración Local que marca que las elecciones siempre son cada cuatro años y no se pueden adelantar. Otra cosa distinta es que haya una moción de censura.

-¿Quiénes serían las personas llamadas a las urnas?
Tendríamos que votar los ciudadanos de todas las islas y lo haríamos para elegir el Parlament, es decir, con una única papeleta. Si no hubiera novedad, el Consell se quedaría tal y como está .

-¿El índice de abstención sería muy elevado, tal y como aseguran algunas encuestas?
La corrupción está provocando el cabreo de los ciudadanos con las instituciones por ineficacia y encima no tiene castigo; es un tema muy peligroso. Sobre todo en el caso del elector conservador, porque no tiene alternativa de voto aunque en su partido haya personas relevantes corruptas; y me estoy refiriendo al PP. Tiene unas alternativas por las que no van a perder ningún voto por la corrupción. Este tipo de delitos afecta a los partidos de centro-izquierda; en ellos sus votantes son personas más escrupulosas.
En el caso de Eivissa, Formentera y Menorca, todo es más surrealista porque la crisis se ha producido en Mallorca y el resto de las islas están pagando de rebote las consecuencias. Habrá cierto bajón en la participación, pero no será mucho más baja.

-Otras encuestas dicen que el 40% de la población está deseando el adelanto ¿Es un porcentaje elevado?
Antes era el 70% de la población la que lo quería. El porcentaje está disminuyendo y es importante ver la evolución. El ciudadano quiere elecciones porque está cabreado, con razón, y piensa que un cambio de dirigentes es una buena posibilidad para que todo cambie. Las personas están cansadas de que en las instituciones se hable de minucias y no de los graves problemas económicos.

-¿Qué supondría administrativamente que se anticiparan las elecciones?
Objetivamente, una paralización de las administraciones porque, aunque consells y ayuntamientos siguieran activos, en la práctica habría una paralización del Govern. Tendríamos una campaña electoral intensiva en la que aparentemente sólo participarían los candidatos a diputados pero, en consecuencia, habría más políticos de consells y ayuntamientos que se pondrían en marcha. Significaría una paralización importante de la actividad política y de gestión de presupuestos del Govern y, de rebote, de todos los ayuntamientos y consells.

Tarabini: «Los presuntos son los corruptos»
Tarabini hace una lectura positiva porque «gracias a la democracia y a los fiscales anticorrupción, sin medios y con relativas dificultades, salen a la luz problemas de corrupción que ocurrieron en su mayoría en la anterior legislatura». El sociólogo lo considera «tremendamente importante» porque «en un régimen no democrático, la corrupción existe, lo que pasa es que nunca sale».
Tarabini reconoce ser «políticamente incorrecto» al plantear: «¿Qué hubiese pasado si el PP hubiese tenido mayoría absoluta en el Govern? ¿Muchas de estas situaciones de corrupción hubiesen salido a la luz? Cada uno que piense lo que quiera porque la corrupción ha existido, los que son presuntos son los corruptos». «Cuando una persona está imputada significa que hay indicios racionales de que algo está ocurriendo», recuerda.