Las tarjetas sanitarias expedidas en Eivissa y Formentera han registrado un descenso el primer semestre de este año al registrarse 128.603 hasta el mes de junio frente a las 129.912 de 2009, según los datos facilitados por el Servei de Salut balear. El año 2008 había contabilizadas 129.295 tarjetas sanitarias en Eivissa y Formentera. El dato del descenso es significativo ya que se rompe la tendencia al alza registrada desde finales de los años 90 de continuo crecimiento de la población con derecho a recibir asistencia sanitaria gratuita. En 1998, las Pitiüses contaban con 88.452. Desde entonces, la población con tarjeta sanitaria no ha parado de crecer, unos años más intenso que otros.

Este descenso de los usuarios de las tarjetas contrasta con el aumento de los beneficiarios mayores de 65 años, uno de los grupos de población que utilizan con más frecuencia el sistema sanitario por lo que los datos de ocupación siguen siendo muy elevados. Así, de las 129.295 tarjetas de 2008, 14.270 eran de mayores de 65 años; en 2009 ascendió a 14.557 y este año, pese al descenso el primer semestre, ha llegado a 14.769.

El director Asistencial del Servei de Salut balear, Joan Pou, recordó que desde 2008 a 2009 «hubo un incremento ligero y este semestre ha sido un descenso». Pou explicó que para analizar este descenso «hay que ver si se confirma a final de año y que los mayores de 65 años no descienden» con lo que este bajón se registra «a costa de población activa» teniendo en cuenta la coyuntura económica. Los datos de Eivissa y Formentera contrastan con los del conjunto de Balears en los que sí se ha registrado «una estabilización pero no disminuye, este cambio de intensidad es menos acusado que en Eivissa y Formentera», apuntó el director asistencial.

La crisis

La crisis es uno de los motivos de este descenso porque la ocupación hospitalaria aumentó en julio de 2010 hasta llegar a un 87%. La media de ocupación anual es de 80,9 en 2009 y con el acumulado de 2010 ha llegado hasta el 82,5%. No obstante, los datos no son definitivos ya que habrá que esperar hasta final de año para ver cómo evoluciona. Al contrario de lo que se piensa, pese a que en verano hay menos actividad quirúrgica, la actividad hospitalaria no cesa y se registran más ingresos. «El mes de enero de 2010 registró una ocupación del 79%, va subiendo a lo largo del año y en septiembre vuelve a la baja. Suele acabar normalmente en un 75%», explicó el director médico de Can Misses, Toni Cuñat. No obstante, Cuñat reconoció que el porcentaje de julio «es alto» por el aumento de los ingresos hospitalarios ya que el porcentaje de mayores es más elevado y hay un aumento de población flotante debido al inicio de la temporada.

Las altas temperaturas influyen negativamente ya que con el calor se desestabilizan muchas personas mayores. «Hay más gastroenteritis en verano. Los niños y mayores se deshidaratan enseguida, hay que hidratarlos en urgencias y si se puede se da de alta pero si vemos que no están en condiciones tenemos que ingresarlo», explicó Cuñat. En servicios como Urgencias, uno de los que más presión asistencial tiene por el turismo, se han registrado 5.473 en julio y se calcula que en agosto supere los 6.000 pacientes atendidos.

Sin cerrar plantas y con los quirófanos abiertos

El hospital Can Misses lleva dos años consecutivos sin cerrar quirófanos y plantas aunque la actividad disminuye debido a que se registran más cancelaciones de intervenciones en verano.

La tercera planta del hospital Can Misses dedicada principalmente a pacientes quirúrgicos con altas de un día o dos de ingreso y se utiliza como ´hospital de semana´ es una de las que se cierra «dependiendo de la presión asistencial» del hospital ya que la intención es que esa planta se cierre los viernes pero nunca se puede. «Esa es una de las razones por las que hacemos el hospital nuevo, porque no cabemos», apostilló Cuñat. Can Misses cuenta con 226 camas incluida las del hospital de semana en la tercera planta que son, aproximadamente, una veintena. Dada la ocupación existente en julio se han registrado casos puntuales de falta de camas que finalmente se ha subsanado.