Minutos antes de las cinco de la tarde todavía había quienes formalizaban su inscripción para participar en la primera marcha solidaria contra el cáncer de mama, organizada por la Asociación Española contra el Cáncer (AECC) a través de su junta local en Eivissa. Finalmente, se completaron las 350 inscripciones con las que, por cinco euros, se obtenían una camiseta y un kit de merienda con el que más tarde repusieron fuerzas para poder continuar con la marcha. A esta cifra se sumó posteriormente más gente hasta alcanzar alrededor de 420 participantes, según informaron desde la asociación. «La iniciativa ha tenido mucho éxito; no esperábamos que se completaran las 350 personas. Nos decidimos a hacer la marcha porque en otros lugares de España ha tenido mucho éxito», explicó Beatriz Yusta, psicooncóloga de la asociación.

Ya en el puerto, centenares de personas ataviadas con pañuelos, camisetas, camisas, lazos, broches e incluso diademas de pelo de color rosa aguardaban tras la cinta inaugural y la pancarta para empezar a dar los pasos más solidarios. «Soy voluntaria de la asociación desde hace más o menos siete años. Hemos venido toda la familia: mis nietos Mar, Lucía, Ester, Miguel y Óscar; mi marido Alejandro y mi nuera Yoli», explicó Olga, que afirmó estar muy sensibilizada con el tema.

Antonia Andújar, por su parte, decidió acudir a esta cita contra el cáncer de mama en compañía de su mejor amiga, Carmen. «Una vez has tenido la enfermedad necesitas implicarte más en el día a día de la asociación», explicó Antonia, que conversaba a la espera del inicio de la marcha con Loli Aragón, socia de AECC. «La mayoría de mis amigas han padecido cáncer de mama. He decidido participar por solidaridad», explicó.

Patricia Abascal, consellera de Política Sanitaria, y Lali Costa, presidenta de AECC en Eivissa, cortaron la cinta que arrancó centenares de pasos solidarios bajo el resguardo y con el apoyo de un gran aplauso. Tras casi una hora de recorrido, en el que los participantes no dejaron de mirar al cielo por el riesgo de lluvia, llegó el momento de crear un enorme lazo rosa en el dique de es Botafoc para más tarde merendar y llegar al punto de salida pasadas las siete de la tarde con buen ritmo y, sobre todo, con un gran espíritu solidario.