Las celebraciones navideñas y la jornadas de intenso frío que se vivieron a finales de diciembre provocaron que el comedor social que Cáritas gestiona en Vila tuviera un incremento de demanda hasta tal punto que se tuvieron que repartir menús 'para llevar' dado el aforo limitado del local que ocupan en estos momentos.

«La capacidad del comedor es de 22 a 44 personas; de normal ya suele venir bastante gente per con las fiestas y el mal tiempo que hizo a finales de mes sí que notamos que ha venido más gente tratando de conseguir una comida caliente», explicó el director de Cáritas en las Pitiüses, Joan Marí. «Por eso, hubo que entretar algunos menús en 'tuppers' para que la gente pudiera comer», añadió

El representante de esta ONG católica resaltó que «se entregaba lo mismo que se ofrecía en el comedor y que es lo mismo que se da a los internos en la residencia Santa Eulalia, que incluye un primero, un segundo, postre y que también tiene preparados sin sal o para alérgicos a algún tipo de comida». «Gracias a la familia Vilás, este año ya llevamos repartidos más de 19.000 menús», concluyó.

Marí se mostró esperanzado de que estos problemas de saturación del servicio se puedan resolver una vez se consiga «hacer el eedificio específico para cubrir el centro de día, el albergue, el comedor y el centro de baja exigencia». Con esta propuesta, «para la que se firmó en abril un convenio entre el Consell y los Ayuntamientos de la Isla», podría permitir llegar a mucha más gente, «especialmente aquella con problemas por los que ahora no podemos hacer nada aquí por padecer problemas psíquicos o de adicción». «No puede ser que en el siglo XXI se muera gente en la calle, como ocurrió en 2009», concluyó.