os grandes enemigos de las cometas, la lluvia y el fuerte viento, se mantuvieron ayer alejados de ses Variades y es Caló d'es Gànguil y dieron paso a un día casi perfecto para hacer volar estos singulares objetos volantes en una nueva y exitosa edición (y ya van por la 18) del festival Posa un estel al cel, puesto en marcha por el colegio Guillem de Montgrí.
Cientos de personas, más de 400 tenía prevista la organización, demostraron su maña para elevar y hacer surcar los cielos artefactos de los más variados tamaños, colores y formas, convirtiendo el cielo de la costa de Sant Antoni en un paisaje salpicado de las más llamativas tonalidades.
Muchos de los audaces pilotos eran niños que habían participado durante la semana en los talleres de construcción de cometas organizados en la carpa municipal para conseguir que nadie se quedara con las ganas de participar en la fiesta.
Tampoco faltaron los adultos deseosos de demostrar su destreza al 'volante' de estos bólidos celestes, si bien no faltó quién habría deseado poder llamar al servicio técnico ante los problemas que tenía para elevar su ingenio.
Lo importante es que, tanto unos como otros, pudieron pasar una mañana agradable y, por unas horas, dejar volar algo más que su imaginación.