El caso de violencia de género acaecido el domingo en el que un hombre falleció al arrojarse desde un balcón tras una pela conyugal en la que hirió con un cuchillo a su pareja vuelve de nuevo a plantear un debate acerca si las medidas actuales son eficaces y qué se tendría que plantear para evitar que hechos como estos o que similares vuelvan a suceder. Dos asociaciones, Dones Progressistes y Mujeres que Aman Demasiado, analizan cómo víctimas y agresores pueden frenar la violencia.
La reinserción del maltratador es uno de las cuestiones pendientes que se ha de abordar. Hace años el Consell llevó a cabo un programa para maltratadores pero se canceló. Beatriz Torreblanca, de Dones Progressistes, apunta a la necesidad de hacer un trabajo con los maltratadores: «Uno no deja de ser maltratador de la noche al día por haber tenido una orden de alejamiento o haber pasado por la cárcel. Si los hombres que maltratan no hacen ningún tipo de terapia y siguen con las mismas ideas que les mantiene en su posición de maltratadores van a seguir haciéndolo. El miedo al castigo no es suficiente».
En el caso de las víctimas de violencia de género, recuerda que «si las mujeres no mantienen la denuncia o se alejan de su maltratador, por obra y gracia del espíritu Santo él no va a dejar de serlo si no hace algo al respecto y es consciente de que quiere hacerlo; desgraciadamente seguimos teniendo casos como este y de otros de los que no sabemos y se producen a diario».

Educación
Educar en las relaciones afectivas es otro de los puntos en los que se tendría que incidir, según resaltó Torreblanca. Uno de los objetivos de Dones Progresistes es la sensibilización e información con respectio a la prevención de la violencia de género.
De hecho, la prevención es uno de los temas que aborda la Asociación Mujeres que Aman Demasiado, un colectivo que nació en Eivissa y ahora tiene repercusión en 21 países del mundo, a través del programa de prevención a las mujeres.
«La mujer tiene la responsabilidad de hacer una labor de ella misma de autoprevención de estas situaciones», subraya Alicia Martín, la presidenta de este colectivo que va siempre con dos móviles conectados para dar soporte a cualquier mujer las 24 horas del día.
Asegura que muchas mujeres que llegan a esta situación llevan mucho tiempo arrastrando una experiencia de violencia conyugal y maltrato, no siempre con el mismo protagonista.
«Cambian de pareja pero no de situación. Vuelven con los agresores y ocurre porque tienen un comportamiento de patrón emocional adictivo, que funciona como cualquier otra adicción», explica Alicía Martín.
Sostiene que «son potenciales víctimas y que se sienten atraidas por hombres problemáticos: es una mujer hambrienta de amor que está dispuesta a pagar el precio que sea por obtener ese amor y esa circunstancia les lleva a desarollar situaciones de dependencia»
Igualmente, mantiene que para tratar dicha adicción «se necesita un tratamiento específico; el adicto no es culpable de su enfermedad pero sí de su recuperación; la mujer tiene que hacer su trabajo y el hombre no es siempre el ma lo de la película», apostilla para finalizar.

«Es lejano hasta cuando pasa en la puerta de al lado»
El caso de Eivissa ha estremecido a la opinión pública ya que hace años no se producia un hecho de consecuencias tan dramáticas. «Parece que son cosas lejanas hasta cuando pasan en la puerta de al lado. El año pasado murieron 71 mujeres y eso es la punta del iceberg», apunta Beatriz Torreblanca, de la organización Dones Progressistes.
Las mujeres de Eivissa pueden recurrir a colectivos como Mujeres que Aman Demasiado, un grupo de autoayuda que ha adaptado la metodología de Alcohólicos Anónimos a un programa de diez pasos de autoayuda.
«Hay muchos profesionales que nos derivan mujeres. La mayoría de las que llegan hacen terapia con psicólogos», señala Alicia Martín, de esta asociación de larga implantación ya en la Isla.