Discurrir por algunas calles requiere una gran habilidad | EVA MEDINA

Bajo los acordes del Himno de España tocado por la Agrupación Musical de la cofradía salió ayer a eso de las nueve de la noche de la catedral la procesión del Santo Cristo Yacente, para hacer su recorrido anual por las calles de Dalt Vila.

Un recorrido que discurrió difícil por algunas de los lugares más angostos de la ciudad antigua, como la calle de Sant Ciriac o la calle de los Judíos, donde las cuestas y lo pulido del pavimento ha hecho muy difícil su camino desde que empezó a procesionar allá por los años 40. Sin embargo la experiencia de los 18 cofrades encargados de portarla hizo que la imagen del Cristo Yacente, tallada por los escultores Román y Salvador en el año 1944, hiciera su trayecto sin ningún percance.

Además, el recorrido estuvo marcado por la música constante de los numerosos miembros de la Agrupación Musical de la cofradía, que con sus recién estrenados trajes, marchaban con emoción, solemnidad, paso firme y mucha concentración detrás de la imagen.

Y es que la imagen no se sintió en ningún momento sola del trayecto, puesto que fueron muchos los fieles que decidieron seguirla justo detrás de los músicos y del obispo de Eivissa, Vicente Juan Segura.