La falta de información, la excesiva burocracia, los plazos de inscripción, los errores de tramitación y el escaso interés. Muchos son los factores que han desalentado la participación del voto inmigrante en los municipios pitiusos para los próximos comicios, y las cifras así lo demuestran.
A modo de ejemplo, en Vila los extranjeros empadronados suman 14.072 y tienen derecho a voto 9.588, entre europeos residentes e inmigrantes procedentes de países que han firmado convenios con España para permitir el sufragio. De esta cantidad, solo 772 personas están inscritas en el Censo Electoral para acudir a las urnas, lo que supone un 8 por ciento del total de los que podrían participar en las elecciones.
La misma escala se visualiza en el global de la isla, donde solo 2.949 inmigrantes se inscribieron para participar en los comicios. En Formentera, el total de electores extranjeros asciende a 458.
Para la portavoz de la Plataforma Sociosanitaria, Alda Yurramendi, en épocas electorales «faltan campañas información» para la población inmigrante. Una cuestión que, según destacó, ya ha planteado en foros de inmigración baleares, pero sin éxito.
Sin embargo, no solo es información lo que falta. Según experiencias relatadas por los propios inmigrantes, también falla la burocracia y el interés de los ciudadanos extranjeros.

Los nuevos votantes
A las urnas del próximo 22 de mayo se suman a los ciudadanos de la UE y de Noruega, votantes originarios del Ecuador, Colombia, Chile, Perú, Paraguay, Bolivia y Cabo Verde, Nueva Zelanda e Islandia, gracias a los convenios de reciprocidad firmados entre España y estos países.
Los requisitos son demostrar que tienen más de cinco años de residencia e inscribirse en el censo electoral de extranjeros.
Sin embargo, lo que dice en el papel no se traslada a la realidad. O por lo menos, así lo explica la presidenta de la Asociación Chilena 'Pablo Neruda', Flora Pávez, que llegó a acudir al Ayuntamiento de Sant Antoni hasta en cuatro ocasiones para inscribirse y entregar los nuevos papeles que le pedían cada vez, y terminó por desistir cuando le dijeron que solo podía votar si está nacionalizada, cuando precisamente el convenio de reciprocidad se destina a personas residentes sin nacionalidad española. «Y ahí nos quedamos limitados, como en tantas cosas», se lamentó Pávez.
Por su parte, Víctor Heyn, presidente de la Asociación de Paraguayos, cree que la participación será escasa «porque hay poco interés de la gente latinoamericana». Sin embargo, su experiencia también demuestra cómo un error administrativo puede dejar a un ciudadano de su derecho al sufragio. «Tengo domicilio en Puig d'en Valls, en Obispo Bisbe Cardona Riera, y el aviso para presentar documentación me lo mandaron a Vila, a Arzobispo Cardona Riera. Me llegó un mes después de que habían caducado los plazos, así que no pude inscribirme en el padrón», se lamentó.
Ahora, a estos nuevos votantes que se quedaron a las puertas de los comicios de 2011, no les queda otra opción que mirar a las próximas elecciones para poder ejercer su derecho a elegir su representante en la ciudad en la que residen.

Electores inmigrantes

Àmbito Electores
Eivissa: 2.949
Formentera: 458
Vila: 772
Santa Eulària: 805
Sant Antoni: 384
Sant Josep: 768
Sant Joan: 220

Victor Heyn (Paraguay):«La administración está totalmente divorciada de la realidad»
El presidente de la Asociación de Paraguay, Víctor Heyn explica que los plazos para inscribirse y la burocracia terminaron con su intención de votar. Primero le rechazaron la inscripción porque en su documento no figura desde cuando está empadronado y después le enviaron los papeles para que se volviera a inscribir la dirección incorrecta y se le venció el plazo. «Hay que facilitar las cosas», apunta sobre el hecho de tener que presentar un certificado de la policía cuando el Ayuntamiento «donde me voy a inscribir, tiene todos mis datos sobre el empadronamiento».

Flora Pávez (Chile): «Tenía la ilusión de ir a las elecciones pero no puedo»
El caso de la presidenta de la Asociación Chilena 'Pablo Neruda' es otra experiencia de intención de voto fallida. En su caso, fue hasta cuatro veces al Ayuntamiento de Sant Antoni a inscribirse pero en todas le pedían nuevos papeles. Al final, cuando lo tenía todo, «me dijeron que tenía que estar nacionalizada». «En el Consell también me dijeron que tenía que tener nacionalidad, y llamé a Madrid, y me dijeron lo mismo», indicó sorprendida porque el convenio con su país, precisamente, es para los no nacionalizados. «Y nada, teníamos la ilusión de ir a la elecciones pero no podemos», se lamentó.

Eugenio Llerema (Ecuador): «Miro con buenos ojos que se pueda tener derecho a voto»
Quien sí augura una alta participación de su colectivo es el presidente de la Asociación de Ecuatorianos. Según calcula, unos 800 compatriotas de toda la isla participarán en las elecciones por primera vez. «Como a los ecuatorianos siempre nos ha gustado ir al sufragio, entiendo que sí irán y votarán, más que nada haciendo consciencia de por quien trabajaría por nuestro colectivo», apuntó. «Miro con buenos ojos que se pueda tener derecho a voto. Hay un buen número de ecuatorianos que se va a estrenar en estas elecciones», destacó.