Imagen de archivo de una vivienda en ruinas situada en el barrio de sa Penya. | Irene G.Ruiz

Las Pitiuses concentran el porcentaje más elevado de hogares de Balears, un 18,36%, que declaran unos ingresos inferiores a 1.000 euros mientras que Menorca, con un 14,73%, es la isla con la menor proporción de unidades familiares con estos ingresos.
La media de entrada de dinero necesario para llegar a final de mes son de 1.888,84 euros para Balears. El 31,9% de los hogares de la Comunitat declaran tener unos ingresos por debajo de 1.500 euros al mes y, entre ellos, el 16,1%, declara unos ingresos por debajo de 1.000 euros, con lo que Eivissa está por debajo de la media balear.
Estos son algunos de los datos que se recoge en el diagnóstico para la elaboración del Plan Estratégico de Servicios Sociales 2011-2014, un instrumento del Govern que tiene por objetivo ordenar el conjunto de medidas, recursos y acciones necesarias para asumir los objetivos de las políticas de servicios sociales de Balears.
Otro dato que se recoge es que Eivissa es la isla con menos población envejecida de Balears, frente a Formentera y Mallorca. Este diagnóstico recoge que, en los últimos años, los datos de envejecimiento han adquirido una importancia en los recuentos demográficos y se ha convertido en una cuestión central del debate sobre el futuro de la población, sobre todo por las repercusiones sociales y el gasto público que este fenómeno puede desencadenar. De hecho, uno de los principales efectos del proceso de envejecimiento de la población es el incremento de las personas dependientes y el aumento de las responsabilidades en la atención del cuidado en los propios familiares.

En soledad
Los hogares también han sufrido unos cambios con un aumento de personas que viven solas, el descenso de los nacimientos que ha supuesto una reducción del número de miembros de las familias, cambiando así ese concepto universal que se tenía antes de la familia. «El aumento del número de personas solas está claramente vinculado al proceso de envejecimiento, también a la mayor incidencia de la separación y del divorcio en el matrimonio y al incremento de personas que optan por vivir solas», según se recoge en el diagnóstico.
Otra de las implicaciones es el aumento de la vulnerabilidad social en Balears que es una de las comunidades más dinámicas demográficamente y con más estacionalidad debido a que el turismo centra la economía y eso contribuye a la temporalidad laboral, un elemento determinante del tipo de relaciones económicas y sociales que se producen en Balears.
Las consecuencias más inmediatas son que se puede ver afectada a la calidad del trabajo que se ofrece. La tasa de temporalidad de Balears ha pasado de un 33,2% en 2006 a un 25% en 2009, mientras que para Europa la tasa de temporalidad está situada en un 13,5% de la media para 2009.
Entre las situaciones de necesidad figura la falta de autonomía. En Balears, esto afecta a un 6,41 por ciento de la población. Las tasas más altas se localizan en Mallorca, Menorca y las Pitiüses, por este orden. La mitad de las personas con discapacidad de las islas, un 47%, tiene reconocido un grado superior al 64%. En estos últimos años ha ido creciendo el número de personas incapacitadas pasando de las 45 en 2001 y 2002 a 405.