Todavía no era medianoche, hora que en los cuentos es el principio y fin de muchas cosas, pero el telón (por así llamarlo) caía en la carpa de Sant Jordi poniendo fin a la representación de El príncipe feliz, de Companyia de Comediants La Baldufa, pero también a una nueva edición del Festival de Teatre Infantil, el Festín.
El punto y final a esta cita con las bambalinas no podía ser mejor, con ese sabor dulce que deja el cuento escrito por Oscar Wilde, una historia que empieza siendo triste por la impotencia del príncipe-estatua de oro que asiste impotente a la pobreza de los vecinos de su ciudad.
La narración se transforma en un final feliz, más o menos, cuando una golondrina le ayuda a repartir las joyas y materiales preciosos de que está hecho para aliviar el sufrimiento de los demás.
La actuación de La Baldufa fue el punto final de una jornada teatral que empezaba a las 18,00 de la mano del grupo de teatro del colegio Es Vedrà, de Sant Agustí y que siguió con El Cacao Teatre, de Sant Josep.
Unos viejos conocidos del público ibicenco, Los duros de Cartón, continuaron animando a la concurrencia para dar paso al Taller de Flauta Dolça Aubarca.
Y como aperitivo antes del gran final de fiesta, Clownidiscopi ponía su punto humorístico, surrealista y casi irreverente.
En definitiva, algunos bocados de lujo para poner fin a un festín que ha saciado a públicos de todas las edades.