En busca de un premio de 91.000 euros

Sin embargo, este zaragozano afincado en Valencia por tema de estudios no es uno más. A sus 22 años está considerado como una de las grandes promesas del póker nacional y ha sido capaz de ganar en una buena noche la friolera de 230.000 dólares.

Ahora ha llegado a Eivissa junto a sus amigos Borja Beristain y Bernardo Rodríguez, quien conoció este juego cuando se lo enseñaron en California un grupo de negros y rusos. Asegura que desde entonces «se enganchó porque es completamente diferente a cualquier otra cosa ya que en él entra en juego muchas habilidades sobre todo psicológicas para detectar cada gesto de tus contrarios y cuándo apostar».

Esta mezcla de suerte, tensión y habilidad es precisamente una de las cosas que haya hecho que el nivel de popularidad del póker en todo el mundo esté subiendo como la espuma, y es que según Lucía Díaz, del Casino de Ibiza, «en la prueba ibicenca están participando españoles, alemanes, holandeses, norteamericanos, y sobre todo muchos rusos y polacos, donde hay una gran cantidad de jugadores online».

Además, según Díaz también está ayudando el que «cada vez haya más rostros conocidos participando en los torneos ya que la gente ya ha perdido el miedo a entrar en un casino».

En este sentido la cita de Eivissa no ha sido una excepción y por las distintas mesas se han dejado ver, entre otros, el actor Fernando Andina, bien pertrechado bajo unas oscuras gafas de sol, el piloto de rallys finlandés Mikko Hirvonen o el exfutbolista 'Poli' Rincón, compitiendo codo con codo con jugadores de la talla de Juan Manuel Pastor, considerado el mejor jugador español de póker, la catalana Leo Margets, quien ostenta el récord de dinero ganado por una mujer en un evento de las Series Mundiales de Póquer, con 352.832 dólares, o los ibicencos Óscar Serradell, 'El menda lerenda', Carlos Dumas, Marcelo Macci, Marco Pacini o J.Antonio Sierra.

Y todos ellos, previo pago de 1.000 euros si no se han clasificado por internet, optan a los 91.000 que se llevará el ganador... ¡Casi nada!