Joan Armat en su finca demuesta que los últimos chubascos no sirven para paliar la extrema situación de sequía que vive el campo pitiuso.

«Lo poquito que ha llovido hasta el momento no ha servido para nada. Si tiene continuidad sí que podríamos salir de la sequía; tendría que llover tres veces a la semana para que el campo esté bien», explicaba Joan Armat, miembro de la junta directiva de la cooperativa agrícola de Sant Antoni, mientras remueve con sus manos una de sus tierras sembradas para demostrar que sigue seca. «Si no llueve en todo el invierno unos 200 litros por metro cuadrado, no se llenarán los acuíferos y los árboles y los cultivos no beberán», puntualizó.

Así, los representantes de distintas cooperativas agrarias de Eivissa alertan de la compleja situación que se está viviendo en el campo piituso en las últimas semanas por la escasez de lluvias.

«Tenemos una gran sequía que empieza a ser muy preocupante porque los pozos están bajando y el Broll de Buscastell, el termómetro de todos los pozos de la zona, está bajo mínimos, echando muy poquita agua». De este modo se expresó Joan Armat, quien añadió que, cuando el Broll deja de echar agua es el indicativo de que unos meses después se secarán muchos pozos de los alrededores.

En este sentido, según Armat la sequía le podrá afectar a la cosecha del cereal, ya que se sembrará muy tarde (normalmente se comienza a sembrar a principios de noviembre). «Y ahora mismo es imposible sembrar nada con la polvareda que levantan los tractores, da miedo. Tendría que haber llovido ya hace tiempo», sentencia.

Para no perder las cosechas ya sembradas, los agricultores están regando ellos mismos: «Nunca he tenido que regar las patatas y ahora sí si no las quiero perder. Generalmente gastaba entre 300 y 500 euros en regar y ahora a esta cantidad hay que sumar un esfuerzo de 300 euros más», precisó Armat.

Y en cuanto a datos concretos, Armat puso el ejemplo de la patata que ya está sembrada y que otros años, por estas fechas, se regaba sola gracias al agua de las lluvias. «Este año tenemos un gasto que estamos asumiendo los agricultores al tener que estar regando la patata cada semana. Encima es un gasto que no asumirá el mercado porque a la gente le da igual que no llueva, no querrá pagar más por la patata de siempre», informó.

El gerente de la cooperativa agrícola de Santa Eulària, Javier Conesa, afirmó que «la temporada de siembra se está retrasando por la ausencia de lluvias. Estamos esperando al agua para empezar a sembrar».

Sin embargo, desde Agroeivissa, su presidente, Joan Marí Guasch, confirmó que la ausencia de lluvias no les está afectando demasiado ya que ellos, sobre todo, trabajan productos de regadío.