Una grúa mantiene en pie el arco del edificio Barceló que colinda con el inmueble cuyos vecinos ayer llamaron a la policía. | Marco Torres

El Ayuntamiento de Vila ordenó ayer la paralización de los trabajos de demolición del edificio Barceló, en la avenida de Sant Josep, después de que unos vecinos del inmueble contiguo avisaran a la Policía Local por temor a un posible derrumbe. «El arquitecto municipal comprobó que el edificio contiguo no está afectado y que no hay ningún peligro», señalaron ayer desde el Ayuntamiento. «Aun así se ha avisado a la promotora para que el lunes mismo acuda el responsable técnico para que explique cómo se está desarrollando la obra», añadieron. Mientras, los trabajos han quedado paralizados.
Sobre las once de la mañana, varios vecinos del número 4 de la calle es Figueral, contiguo al tristemente famoso edificio Barceló, llamaron a la Policía Local y alertaron de que el inmueble estaba soportando grandes vibraciones a consecuencia de los trabajos de demolición.
Una vez en el lugar, explicaron desde el Ayuntamiento, «la Policía pidió los ‘papeles' a la promotora y comprobó que todo está en regla». Después, la policía pidió la presencia de uno de los arquitectos municipales que, según el Ayuntamiento, comprobó que «parece ser que en la demolición de los arcos ha vibrado o ha afectado a un pilar, aunque esto que no ha afectado al edifico contiguo».
Además, el arquitecto municipal ordenó que se cierren las obras con el objeto de que nadie pueda entrar al lugar.

Empresa contratada
El edificio es propiedad de Viajes Barceló, que ha contratado a la empresa Es Vedrà para tirar abajo lo que queda del inmueble, tristemente famoso porque se derrumbó una mañana de enero de 2001 sin que, milagrosamente, resultara herido ninguno de a sus moradores, que hasta nueve años después, en enero de 2010, no vieron cómo la Justicia sentaba en el banquillo a los responsables y se adjudicaban las indemnizaciones.