Para la primera fase de la campaña la empresa Mespisa emplea un gran elevador. | DANIEL ESPINOSA

A la mayoría de los lectores seguro que el nombre de Rhynchphorus ferrugineus no les sonará a nada. Pero si les decimos que éste es el nombre científico del picudo rojo, el coleóptero que desde el año 1993 se ha convertido en una de las principales plagas de las palmeras de toda España, convendría tenerlo en cuenta.

Y más si escuchamos a Javier Gómez, técnico de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Santa Eulària, cuando afirma que si no se pone coto a esta plaga «corremos el riesgo de quedarnos en diez años sin palmeras».

Efecto devastador

No en vano, según la ingeniera agrónoma Ana Martínez, «este pequeño gusano, cuyas hembras hacen una puesta en el interior del árbol por la zona central, produce un efecto devastador como demuestra que, en Eivissa desde el verano, se ha disparado su propagación sobre todo en núcleos como s’Arjamassa, Cala Pada, la carretera de es Canar o la urbanización de Siesta».

Por eso en Santa Eulària se han puesto manos a la obra para intentar controlar la plaga desde que hace un mes se encontró el primer ejemplar de un vecino en un alto estado de infección. Para todo ello, según Martínez, contratada para gestionar la campaña, «en una primera fase se analizará cada una de las 600 palmeras del municipio para darles un tratamiento sistémico mediante un producto químico preventivo que, aunque no asegura que no se infecte, hace que disminuya el riesgo».

Algo de lo que se encarga desde ayer a las ocho de la mañana la empresa de jardinería, Mespisa, en un arduo trabajo que les llevará unas tres semanas. Una labor en la que, según Martínez, «se empleará entre otras cosas, un elevador, una carretilla para picar y motobombas».

Esta primera fase tendrá después su continuidad en enero o febrero. Según Javier Gómez, cuando comience el año «realizaremos una poda que ayudará a identificar las palmeras infectadas, ya que gusano del picudo rojo es barrenador y en ese momento ya se puede ver si hay alguna galería, para luego instalar unas mangueras que permitirán hacer los tratamientos sin necesidad del elevador».

Sin embargo, según Gómez, todo este trabajo que se está realizando desde ayer «se quedaría sin efecto si no se hace extensible a todos los vecinos que tengan palmeras en sus casas, ya que si un ejemplar de un particular queda infectado se puede extender rápidamente al resto de las que hay en el municipio».

Para lograrlo, según Diego Godoy, ingeniero de Mespisa, «todos los vecinos interesados pueden contactar con la empresa (971318485) para que se acerquen a la vivienda y recibir un presupuesto particular dependiendo del número y la altura de las palmeras a tratar».