Empresas Matutes ha renunciado a continuar adelante con el recurso contencioso-administrativo que había presentado contra el Consell por denegarle el interés general para construir el campo de golf de Platja d'en Bossa. Así lo confirmaron ayer fuentes del grupo empresarial y del Consell, que aseguraron que ahora el expediente se retornará al Consell, donde no se tiene que seguir ningún trámite más. Este asunto había llegado a los Juzgados después de que el gobierno progresista tirara para atrás esta instalación por haber sido informada negativamente por Medi Ambient.

El IEE presentó en su día alegaciones contra el campo de golf por no tener estudio arqueológico, por la probable afectación de zonas de dominio público, por el impacto negativo sobre la fauna del parque natural de ses Salines y por la introducción de especies vegetales invasoras en la zona periférica de protección del espacio protegido. Asimismo, criticaron la modificación de la orografía de la zona, lo que comportaba la aportación «considerable» de material. Advirtieron además de que supondría la contaminación de los acuíferos por plaguicidas y fertilizantes y una evacuación de pluviales deficiente.

Pese a este desistimiento, Empresas Matutes no renuncia al proyecto de construcción del campo de golf en Platja d'en Bossa y podría reorientarlo para que no esté tan cerca del parque natural de ses Salines a través de la compra de terrenos o utilizando los ya existentes, ya que el holding dispone de más fincas en esta zona.

Agotada

Desde el Consell resaltaron que ahora se devolverá el expediente a la institución, con lo cual ya se habrá agotado la vía administrativa.

El Institut d'Estudis Eivissencs, que fue quien informó a la prensa del desistimiento de Fiesta Hotels & Resorts SL, resaltó que recibió la notificación el 22 de noviembre. La entidad cultural fue emplazada en 2010 por el Consell a comparecer como codemandantes en el recurso contencioso administrativo que Fiesta Hotels & Resorts interpuso contra el acuerdo del Consell progresista de denegar el golf. «El territorio es una realidad compleja y frágil. Toda realidad territorial, todo espacio, está formado por múltiples elementos naturales y culturales interrelacionados, que tienen que ser adecuadamente considerados. Las actuaciones de gran incidencia territorial, como es el caso de un campo de golf, tienen habitualmente consecuencias irreversibles», dijo el presidente del IEE, Marià Serra.

El IEE criticó los cambios en la orografía