La directora general de Medio Marino del Govern, Margaret Mercadal, presentó ayer en la Casa del Mar de Maó un nuevo sistema de pesca de arrastre «que permite reducir el impacto de esta actividad sobre los fondos marinos de las costas del mar Mediterráneo, al tiempo que disminuye el consumo de combustible de la embarcación, lo que a su vez rebajará las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera y aumentará así la relación coste-eficiencia».
El proyecto fue puesto en marcha por iniciativa de la cofradía de pescadores de Maó para desarrollar un sistema de arrastre alternativo basado en el uso de unas puertas que no tienen contacto con los fondos marinos y que no llevan consigo ninguna otra modificación en el resto del arte de pesca, combinado con una red de malla cuadrada.

Ecosistemas
La experiencia se desarrolló a bordo de un barco pesquero en activo y en las condiciones, horarios y profundidades habituales en esa modalidad de faena en Balears, de forma que, según Mercadal, el resultado puede ser aplicable «de inmediato» a la flota comercial que opera en la comunidad.
El Govern destaca que este resultado demuestra «que es posible conjugar la disminución del impacto sobre los ecosistemas con la mejora del rendimiento económico de las empresas pesqueras».
Para simplificar la experiencia en el estudio -financiado por el Gobierno de España, el Govern, el Centro Oceanográfico de Balears del Instituto Español de Oceanografía y la empresa Simrad Spain, el barco trabajó en dos tipos de fondo, la plataforma profunda (120-150 metros) donde se capturan merluza y moll, así como en un fondo de talud (450-700 metros) donde se pesca gamba. Desde esos lugares se trabajó, alternativamente, con el arte normal y con el arte modificado las veces suficientes como para que los resultados se consideren «estadísticamente significativos».