Estos tres pequeños de Sant Mateu acudieron con dos de sus padres y con pancartas al pleno para pedir el mantenimiento de la biblioteca y el telecentro de esta localidad. Uno de ellos, Jack (con pancarta pequeña) abandonó la sala por requerimiento de la Policía Local

El equipo de gobierno de Sant Antoni celebró ayer el último pleno del año en el que recordaron que esperaban el cambio de gobierno central para poder iniciar la petición de declarar el puerto de Sant Antoni como punto fronterizo para que lleguen cruceros extracomunitarios y así «permitir a cualquier ciudadano del mundo bajar a tierra y moverse libremente con un pasaporte», explicó Vicent Costa Maymó, concejal de Obras, Servicios, Puertos y Comunicación.

Según Maymó, este trámite es complejo y largo, por ello esperaban el cambio de gobierno central para poder empezarlo. Ahora, con el nuevo gobierno, el inicio del proceso es inminente: «La primera cosa que haremos es ponernos en contacto con el Ministerio de Interior para saber exactamente qué pasos tenemos que dar porque sabemos que depende de ellos».

En esta última sesión plenaria, el equipo de gobierno también anunció que, a partir de una reunión mantenida con la dirección general de Industria y Gesa, cuentan con el plazo de dos meses para resolver las desaveniencias que el Ayuntamiento tiene con esta empresa suministradora de electricidad a propósito del soterramiento del cableado telefónico y eléctrico en el núcleo urbano. Si no se llegara a un acuerdo, Industria tomaría la decisión final.

Si bien se trataron éste y otros temas, el objetivo de la sesión plenaria de ayer se centraba en la aprobación de los presupuestos para 2012, que finalmente salió adelante, pero sin el apoyo de PSOE-Pacte y Nov-A, que en ambos casos recriminaron a la alcaldesa de Sant Antoni, Pepita Gutiérrez, la tardía entrega del borrador de las cuentas para poder estudiarlo a fondo.

Laura Carrascosa, concejala de PSOE-Pacte, recriminó la bajada de dinero para asociaciones vecinales, musicales o deportivas que «crean cohesión entre los ciudadanos», así como la disminución de las partidas de limpieza, material de la policía y la no asignación de presupuesto para convenios con asociaciones de personas discapacitadas.

Sobre estas cuestiones, Gutiérrez recordó que el presupuesto está abierto y si llegara dinero de administraciones como la central se podría incluir en aquellas secciones presupuestarias que hayan quedado, por el momento, sin nada. Carrascosa hizo alusión, además, al hecho de que muchas partidas sociales quedaran abiertas: «Dejar partidas abiertas no es presentar unos presupuestos, es navegar a favor de la corriente» .

Telecentro de Sant Mateu

Uno de los puntos más polémicos del último pleno del año tuvo que ver con el telecentro de Sant Mateu. Joan Torres, de Nov-A, tildó de «inadmisible» que en Mallorca se hayan firmado convenios para abrir telecentros cuando en Sant Antoni «se están cerrando». José Marí Costa, del grupo socialista, señaló: «Los recortes tienen que hacerse en jornales, protocolo y publicidad, no en cultura». «No es intención del Ayuntamiento cerrar telecentros», expresó Maymó.

La creación de tasas y el aumento de algunas de ellas suscitó también comentarios negativos. «No nos gusta la subida de las tasas cuando cae el gasto social», dijo Carrascosa a Gutiérrez.

En este pleno hubo tiempo también para hacer propuestas, como la de Nov-A para someter el Plan General de Ordenación Urbana a consulta popular. «Las modificaciones siempre las hacen técnicos de Mallorca, que cometen muchos errores. Posiblemente si se sometieran a consulta popular se acabaría con las divergencias», explicó Juan José Ferrer. Esta propuesta, finalmente, fue descartada.

La polémica de las pancartas de Sant Mateu

Bill y Rebeca, propietarios de una casa en Sant Mateu, acompañaron a sus hijos Jack y Tara ayer al pleno de Sant Antoni para pedir que mantengan la biblioteca abierta. Al llegar a la sala, Jack mostró orgulloso la pancarta sin saber que, diez minutos después, un Policía Local le pediría que sacara la pancarta de allí lo que suscitó abucheos entre los grupos de la oposición. «Me parece vergonzoso que haya entrado la policía a sacar la pancarta de un niño de diez años», expresó Vicente Ponce, del grupo socialista. En el descanso, Pepita Gutiérrez se acercó a la familia para «garantizarles que la biblioteca se mantendrá abierta. Pueden estar tranquilos». Desde Nov-A criticaron el oscurantismo sobre este asunto, pues según este grupo, el gobierno portmanyí no ha precisado cuánto tiempo estará cerrada.