Hace 203 años nacía en Francia Louis Braille, un profesor que cambió para siempre la vida de las personas ciegas al idear un método de lectura y escritura destinado a este colectivo y, por eso, desde el año 2000, cada 4 de enero se celebra el Día Mundial del Braille.

«La tecnología nos ha dado muchas ventajas pero este sistema jamás va a desaparecer porque es y seguirá siendo muy útil en nuestro día a día». Esta afirmación viene de Mariano Torres, director de la ONCE en Eivissa, pero podría ser de cualquier persona ciega ya que refleja a la perfección la importancia de este método.

«No es un idioma sino un alfabeto y con él se pueden representar las letras, los signos de puntuación, los números, la grafía científica, los símbolos matemáticos e, incluso, la música», asegura Torres mientras pasa un dedo sobre un papel para detectar algunas de las celdas de seis puntos en relieve, organizados como una matriz de tres filas por dos columnas, que se numeran de arriba a abajo y de izquierda a derecha.

«Aprender no es muy complicado aunque si requiere su práctica», afirma el propio Torres, con una sonrisa, mientras asegura que tiene en su despacho desde documentos hasta pegatinas para sus cd’s preferidos de música marcados con este sistema.

Lo hace, además, mientras coloca con gran habilidad un papel en una máquina Perkins. Según Torres, «se trata de una máquina que a pesar de las nuevas tecnologías sigue estando muy vigente porque funciona del mismo modo que las máquinas de escribir Olivetti de toda la vida pero con la diferencia de que tiene menos teclas y de que la escritura sale en relieve».

Eso si y como dice la popular zarzuela, ‘las ciencias adelantan que es una barbaridad’, y los ordenadores cada vez vienen con más ayudas para las personas ciegas, sobre todo a nivel de programas de voz. Algo que, unido al paso que dió hace más de dos siglos Louis Braille, hace que, como asegura Mariano Torres: «Las personas ciegas podemos hacer casi de todo pero de modo diferente».