Un total de 30 mujeres de distintos países y edades participaron en el taller de cocina celebrado en el colegio público L’Urgell de Sant Josep. | Marco Torres

A eso de las cuatro de la tarde de ayer la cocina del colegio público L’Urgell de Sant Josep olía que abría el apetito. Y las ‘culpables’ de todo ello eran las 30 mujeres participantes en el taller de cocina organizado por el Centre d´Educació de Persones Adultes (CEPA) de Sant Antoni.

«Entre las mujeres que han venido hay de diferentes grupos y nacionalidades, y cada una va a preparar un plato que ellas consideran típico de sus lugares de origen para que luego pueda ser compartido por todas las demás», aseguraba orgulloso Emiliano Bolaños, profesor de adultos del centro, a la entrada de la cocina.

Con ello, según el propio Bolaños, la idea era que la tarde también «se convirtiera en un encuentro intercultural de convivencia y de diversión junto a los fogones entre los muchos de los alumnos que vienen al centro a estudiar».

Platos del mundo

Así, por ejemplo, mientras un grupo de mujeres marroquíes, en las que tres de ellas se llamaban Fátima y otra Rabia, se afanaban en preparar una pastela de pollo y almendras, «uno de los platos más apreciados de la gastronomía Marruecos por su contraste entre sus sabores salados y dulces», el grupo de andaluzas formado por Mª Carmen, Josefina o Mª Dolores, daban su particular toque a una tarta de puerros y gambas, o la italiana Amelina, preparaba una lasaña a la boloñesa con un toque especial de Turín, su lugar de nacimiento.

Pero estos platos no fueron los únicos, ya que en la cocina del colegio público L’Urgell también se preparó un pollo en su jugo, tradicional de Ecuador; leche frita como la que se cocina en Andalucía; el baklawa típico de la gastronomía de Oriente Medio, de la India, e, incluso de los Balcanes; o una curiosa pizza brasileña que incluía pollo, queso, maíz, aceitunas sin hueso, tomate, cebolla y una buena dosis de tomate frito.

Sin embargo lo mejor de este taller, donde se repartían recetas a todos los presentes para que luego los prepararan en su casa, estaba por llegar. Y es que, como afirmaban la mayoría de las participantes, «lo mejor de toda la tarde llega ahora, cuando a partir de las seis, podremos ver de primera mano si han salido buenos los ocho platos probando en persona cada una de ellos».