El delegado que renunció a participar en el congreso y que fue sustituido por la cuñada de Roldán, Prudencio Hortelano, aseguró ante el PSIB que había recibido «presiones» por parte de los críticos para renunciar a ser delegado. En concreto, aseguró en un escrito enviado al PSIB, que el crítico Bernardo Escalona se presentó en su domicilio el sábado por la mañana (primer día del congreso) para que firmara la renuncia y «bajo presiones» le obligó a rubricarla. Ese documento de renuncia, todo según Hortelano, tenía fecha de 8 de marzo, dos días antes. El fallido delegado también explicó al PSIB que Carlos Rubio y Antonio Roldán, ambos críticos, le habían invitado a comer esa misma semana pero él había declinado. Más tarde recibió llamadas de Escaolna insistiéndole en que debía ir al congreso y él contestó que no quería ir porque tenía que trabajar.
En la resolución del PSIB también se recogen más testimonios, como por ejemplo el del exsecretario de Organización de Tarrés, Julián Aguilar, quien dijo que la lista de delegados el día antes del congreso no presentaba cambios. Según su versión, los críticos Carlos Salinas y Javier Pina dijeron el mismo día del congreso que Hortelano había renunciado e incluso Pina apareció con una serie de escritos que parecían tener el sello de registro de la federación. Entonces, Aguilar sospechó, según el documento del PSIB, que el libro de registro de entradas y salidas de la FSE-PSOE podía haber sido «manipulado» y, de hecho, vio que había una línea tapada con tippex. El crítico Carlos Salinas defendió ante el PSIB que Hortelano renunció de forma manuscrita dos días antes. Sin embargo, el documento del PSIB dice que la renuncia iba sin firmar. Además, según el PSIB las modificaciones hechas a mano de sustitución de delegado «no aparecen firmadas por Julián Aguilar».