Hoy a las 18,30 horas comenzará con un pasacalles una nueva edición de la feria Eivissa Medieval, una de las de mayor renombre en toda España. Sin embargo, como en toda gran producción, siempre hay una serie de actores secundarios en los que nadie repara pero que son fundamentales para que todo luzca perfecto.

Algunos de ellos son Isidoro, Antonio y Manolo, tres operarios del Ayuntamiento de Vila que llevaban trabajando durante los últimos días desde primera hora de la mañana para que todo esté perfectamente montado hoy a la hora de la inauguración. «El martes comenzamos a las siete de la mañana a colocar, entre otras cosas, el cartel que anuncia la feria, los mástiles del Baluard de Santa Llúcia, el toldo del eucalipto de Isidor Macabich o la carpa para la Plataforma Sociosanitaria», explicaba Isidoro entre sudores.

Y es que ayer, a pesar de haber comenzado a las ocho de la mañana, aún les quedaba tarea por hacer. «Todavía, entre otras tareas, tenemos que montar 21 mesas, 70 sillas y 14 paradas para los artesanos de Eivissa que ayuda el Ayuntamiento, y el escenario de la inauguración en el Parque Reina Sofía y todo antes de que empiece esta noche mi Atleti», concluía con una gran sonrisa este hincha del club rojiblanco madrileño.

Mientras tanto, unos pocos metros más allá, un grupo de vendedores daban los últimos retoques a sus puestos. Artesanos, productores ecológicos o queseros tradicionales colocaban sus últimos clavos y sus últimas decoraciones para empezar a mostrar sus productos ante la mirada asombrada de muchos turistas que no sabían que a partir de hoy se celebra la feria Eivissa Medieval.

«Joven, ¿qué es esto tan bonito que están montando?», preguntaba directamente a un servidor la asombrada Manoli, una turista que encabezaba junto a su marido Julio un grupo enorme del Imserso. «¿De verdad que aquí organizan una cosa como ésta? Quién me lo iba a decir cuando en Sevilla nos ofrecieron venir y pensaba que viajaba a una Isla dónde sólo había droga, discoteca y jóvenes turistas muy alocados», continuaba esta señora sevillana sin dejar de asombrarse ante la calidad de los pendones colgados este año en la calle Aníbal, conocida popularmente como ‘de las Farmacias’.

Eso sí, una vez recuperados del impacto, siguieron sus pasos hacia el Portal de ses Taules y la ciudad vieja y quién sabe, si al igual que un grupo de turistas rusos, empezar a dar cuenta de los quesos con nueces que ofrecía Manuel en su puesto.

Los feriantes

Ilusionado y con ganas de que empiece la feria. Así se mostraba ayer Manuel tras su puesto en el que ofrece quesos artesanales de todas partes del mundo. Viene desde La Mancha y asegura que está enganchado a la Isla, tanto por la feria, donde siempre que ha acudido le ha ido bien, como para venir a pasar las vacaciones.
María Marí es la presidenta de la Associació de Productors d´Agricultura Ecològica d´Eivissa i Formentera y además con Can Muson en Santa Eulària tendrá un puesto con verduras, zumos y productos ecológicos por segundo año consecutivo. Está convencida de que esta edición «va a ir bien porque se nota por las calles que la gente ya tiene ganas de feria».
Guillem es uno de los clásicos en la feria Eivissa Medieval. Lleva colaborando con ella desde el primer año y por eso es una voz autorizada cuando asegura que «este año se nota que cada vez se organizan mejor las cosas ». Sin embargo, ante el optimismo generalizado, él prefiere esperar al final para pronunciarse y hacer balance.
Débora debuta este año en la feria Eivissa Medieval. Por eso, esta joven que llega desde Tarragona con sus gominolas artesanales, de sabores tan exóticos como caipirinha, mojito o ron con Coca Cola, asegura que ya está «con ganas de que empiece la feria, se pasen los nervios, y ver si hemos hecho bien en venir hasta Eivissa».