Los cofrades salen de la iglesia de Santo Domingo con el Cristo después de que la lluvia amainara.

La Cofradía del Santísimo Cristo del Cementerio se fundó en 1890 pero nunca vivió un día de incertidumbre como el de ayer. La escasa lluvia que empezó a caer sobre las ocho de la tarde en Vila estuvo a punto de impedir que se celebrara su procesión por primera vez en su historia.

Durante más de media hora hubo nervios, idas y venidas a la calle, miradas al cielo, algún que otro rezo y sobre todo mucha mirada al teléfono móvil en busca de que las aplicaciones correspondientes indicaran si iba a dejar de llover para poder salir en procesión por las calles de Dalt Vila.

Finalmente a las 21,15 horas los cerca de ochenta cofrades, entre los que se encontraba algún ciudadano ilustre como el director de la Administración del Estado en las Pitiüses, Rafael García Vila, se atrevieron a cruzar la puerta de la iglesia de Santo Domingo y comenzar con su marcha por las calles de la ciudad antigua, siendo recompensados con una gran ovación por parte de los pocos seguidores que habian esperado más de una hora el momento.

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