La consellera de Turisme, Carmen Ferrer, en las inmediaciones de este periódico. | German G. Lama

La consellera de Turisme de Eivissa, Carmen Ferrer, asegura que es momento de «unir esfuerzos» para continuar con una promoción diferenciada de la Isla, más allá de la «polémica» que ha surgido con la aparición de Palma como ‘quinta isla’ (o «submarca» como ella define), algo que no ha sucedido en Menorca ni en Formentera. «No ha afectado tanto al resto de islas. Aquí creo que se ha querido instrumentalizar un poco el tema y focalizarlo a que es una pérdida de imagen y de recursos cuando no es así», afirmó. Eso sí, reconoce que «no es lógico» que esta diferenciación de Palma haya aparecido en un contexto de crisis económica.

—¿Estará listo para esta temporada el reglamento de la Ley Turística?

—Se ha avanzado en el desarrollo del reglamento, pero sí que es cierto que es un proceso lento y no sé si para principio de temporada podrá estar hecho. Lo que es cierto que es muy necesario para ciertos productos, pero esto no quiere decir que otros no puedan seguir funcionando. Es decir el hecho de no tener reglamento no lo para todo. En casos como el de las viviendas turísticas vacacionales se ha hecho el esfuerzo para que se puedan registrar ya y puedan estar operativas para el verano.

—¿Considera que la nueva Ley Turística es permisiva?

—Sí es cierto que es muy liberal, no hay duda de ello. Seguramente que en algunas zonas y para algunos productos está muy bien, pero hemos de mantener ese equilibrio que necesitamos en una isla tan pequeña como Eivissa y pensar en la sostenibilidad. Este equilibrio es el que nos dará la posibilidad de durar muchos más años.

—¿Cómo regulará el Consell d’Eivissa los beach clubs?

—Existe como concepto en la Ley Turística, pero no existe la definición de calidad de producto, que es lo que hará el Consell a raíz de las recomendaciones que nos hicieron llegar por parte de la asociación. Esto que quede claro. En estos momentos hay unos restaurantes que están en la playa que tienen mucho nivel y que actúan con la licencia de restaurante. Es importante que queden claros los requisitos de calidad porque los beach clubs ofrecen un producto turístico con un nivel interesante y creo que nadie, ni ellos ni el resto del sector, quiere que no ejerzan su actividad de manera correcta, pero tampoco quieren que se convierta la playa en una discoteca. Este producto está teniendo mucho éxito y es necesaria su regulación para que los imitadores no conviertan las playas en discotecas. Parece que es habitual que en todos los sectores aquello que triunfa se acabe imitando sin invertir lo que se tiene que invertir, aprovechando la ráfaga del éxito que iniciaron otros. Esto no se debe permitir.

—¿Qué requisitos de calidad debe tener un beach club?

—El sector en sí mismo los definió y nos hizo llegar sus propuestas, que son con las que estamos trabajando. Por ejemplo, que sea un restaurante con una carta muy variada, con una amplia carta de vinos, abierto siete meses, entre otras cosas. En definitiva, calidades de un restaurante de gama alta.

—¿Este efecto de imitar todo lo que triunfa puede llevar a Eivissa a que se especialice aún más en ocio nocturno y diurno?

—Yo creo que Eivissa debe trabajar mucho en definirse, qué es lo que quiere y trabajar más otros productos. En estos momentos no tenemos un equilibrio en las distintas tipologías de turismo porque si lo tuviéramos probablemente no tendríamos este sesgo de sólo cuatro meses. Tenemos una fórmula de éxito durante sólo cuatro meses y en el tiempo no es sostenible. Creo que debemos trabajar más y posicionarnos en turismo deportivo, las familias y el de eventos e incentivos.

—¿Eivissa es cara?

—Eivissa no es cara. Hay oferta para todos los sectores. En la feria de Berlín, los mayoristas cuando hablaron de productos y de problemas de Eivissa en ningún momento mencionaron los altos precios. En el mercado alemán concretamente, los problemas vienen por los vuelos, el transporte es lo que encarece el paquete turístico, no el destino. El sector hotelero es muy competitivo y ha aguantado y aguanta muchos costes y nuevos impuestos y la presión de mercados. La estacionalización, además, puede que obligue a que la oferta complementaria suba los precios, pero pienso que va ligado muchas veces con la exclusividad que se da y el hecho de que se tengan pocos meses de trabajo. En líneas generales, es una isla muy competitiva.

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