Imagen del desfile celebrado anoche en el Club Nàutiic de Sant Antoni. | German G. Lama

Diecisiete diseñadores, casi una treintena de modelos sobre la pasarela y la mayor ovación de toda la Pasarela Adlib 2013 se la llevó el grupo Locomía. El movimiento de sus abanicos, igual que de como casi treinta años, sus vestidos de difícil descripción y su tema Imperium, hicieron las delicias del público que acudió a presenciar el desfile en el Club Nàutic de Sant Antoni.

Su actuación significó el cierre de un desfile, que se prolongó casi hasta las 23,30 horas de la noche, y que la presentadora y modelo lucense, Silvia Jato, que cumplía 42 años ayer mismo, condujo con gran simpatía, bromeando constantemente y cambiándose hasta en tres ocasiones de vestido, todos ellos de Charo Ruiz, porque como ella misma confesó «no todos los días puedo ir de ibicenca y a nadie le amarga un dulce».

La simpatía de Jato fue uno de los aspectos más destacados de una pasarela en la que destacó la presencia sobre las tablas de Elisabeth Reyes, muy por encima en prestancia y saber estar que la mayoría de las modelos participantes, de la actriz Ana Vide, que destacó por su simpatía y su permanente sonrisa, y de Charisse Verhaert, mujer de Julio José Iglesias.

Sin embargo, los mayores aplausos del público se los llevaron los pequeños que se atrevieron a desfilar por la pasarela a pesar de su corta edad. La niña, que con un vestido de Isabel Castelar se quedó bloqueada al final de la pasarela, el niño que le dio un ramo de flores amarillas a su compañera en el desfile de Toni Bonet y Elisa Pomar, o el grupo que desfiló con los trajes de comunión blancos y poco convencionales de De los Ángeles, consiguieron alegrar algo un certamen en el que las modelos no destacaron precisamente por su simpatía y sus gestos de complicidad hacia el público.

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