José Chillerón, junto a la estatua caricatura realizada por Aram Nikoghosyan. | AMANDA AGUADO

La reina de la Salsa, la inimitable cantante cubana Celia Cruz, falleció hace justo diez años. Un 16 de julio de 2003 su voz se apagó para siempre y con ella se fueron inolvidábles temas como La vida es un carnaval, Quimbara o La negra tiene tumbao.

Sin embargo, su figura continúa más viva que nunca en Eivissa gracias al restaurante cubano Ke Bola Cuba dónde han decidido rendirle un homenaje el próximo martes coincidiendo con el día en el que se cumple la primera década de su muerte. «Celia es para los cubanos mucho más que una cantante, casi un símbolo nacional, porque era capaz de unir con su música tanto a seguidores de la revolución como a exiliados, y por eso, creemos que se merece, por los menos, este pequeño homenaje», explica su director José Chillerón.