Tantos días de buena temperatura, con posibilidad incluso para que los más valientes se dieran un baño en la playa, y el invierno tuvo que entrar precisamente cuando se celebraba el día grande de Sant Carles.

Esto es lo que debieron de pensar muchos de los presentes que acudieron ayer por la mañana a esta localidad del municipio de Santa Eulària para honrar todos juntos a su patrón.

Y es que a pesar de que la lluvia no llegó a caer con intensidad sí llegó a ser lo suficientemente molesta para que los vecinos se tuvieran que refugiar en el pórtico de la iglesia, la procesión marchara casi a la carrera por las calles del pueblo y para que la tradicional exhibición de ball pagès, a cargo en esta ocasión de la colla de Sant Carles de Peralta, se celebrara en una carpa preparada para los eventos musicales de las fiestas.

A pesar de todo, la ilusión fue mayor que el viento y la lluvia y, finalmente, se acabaron por imponer las ganas de los presentes de celebrar su día grande, disfrutando con el espectáculo y comiendo bunyols y orelletes y bebiendo vi pagès.