Durante la mañana acudieron a la feria un buen número de visitantes.

El paseo de Vara de Rey de Eivissa será hasta hoy el centro de atención de todos los aficionados a la miel de la Isla con la celebración de la primera edición de la feria dedicada a este producto organizada por la Associació d’Apicultors d’Eivissa.

«Es la primera vez que se organiza un evento como este donde los apicultores de Eivissa pueden vender el producto que elaboran y demostrar así, que la miel que hacemos aquí es mucho mejor que la que se puede encontrar en los supermercados», explicaba ayer Toni Escandell, presidente de la asociación.

Desgraciadamente, la afluencia de apicultores no es tan alta como se esperaba. En esta primera edición, únicamente tres ofrecen brescas y miel de primavera, de otoño y de verano, cada una distinta y elaborada con romero, naranjo, frígola, limón, algarrobo e incluso uva. «No hay dos tipos de miel iguales porque en la Isla hay muchas variedades diferentes de flores y porque cada apicultor la elabora de una manera dependiendo de si vive en Sant Joan, Sant Agustí o Sant Carles», confirmaba el propio Escandell.

De entre los presentes destaca la presencia de Emeric Falticska, vencedor del primer premio de la séptima edición del concurso balear de miel, celebrado en Llubí.

En su pequeño puesto se ofrecen medio centenar de botes con el producto que elabora en sus más de 120 colmenas que tiene distribuidas a lo largo de toda la Isla, desde sa Caleta a Cala Tarida, pasando por Sant Agustí, Sant Rafel o Sant Carles. «Es algo que aprendí de mi abuela y después de mi padre, así que llevo cuidando abejas desde que era un niño en mi pueblo, situado en Transilvania, y ahora por fin me ha llegado el reconocimiento de tanto esfuerzo y pasión en forma de premio», explicó orgulloso este trabajador de la construcción que llegó a Eivissa en 2006.

Emeric ofrece miel de invierno, elaboradas con flores de temporada, de primavera, con naranjo y limón, y de verano, hecha a partir de septiembre con frígola y algo de algarrobo. Junto a Rubén, uno de sus hijos, dejan probarlas y la gente no sabe con cual quedarse. «Están magníficas y tienen un sabor estupendo pero la verdad es que cada una es distinta y por mi me llevaría una de cada», bromea Tomeu, uno de los visitantes en compañía de su mujer Carmen.

Una decisión difícil y más teniendo en cuenta que durante esta feria también hay previsto un concurso de mieles que pondrá en liza las variedades de primavera, original y de otoño. Sin embargo, el objetivo no es competitivo. «No se trata de que haya una competición como tal, sino de que la gente dé su opinión y conozca algo más la calidad del producto que se elabora en Eivissa», finaliza Toni Escandell.