Javier Verdugo posa ante la cámara en su despacho del cuartel de la Policía Local de Sant Antoni. | (c) Sergio G. Canizares

Javier Verdugo Sedas (Sant Antoni, 1968) es inspector jefe de la Policía Local de Sant Antoni desde enero de 2005 e ingresó en el cuerpo en 1989.

—A su entender, ¿cuántos agentes debería tener la plantilla de la Policía Local de Sant Antoni?

—No es que sea una reivindicación únicamente de la plantilla policial, ya que a la escasez de agentes se suma el envejecimiento de la plantilla. Actualmente contamos con una plantilla de 46 agentes para todo el año, incluyendo los mandos. Para este verano 2014 se presupuestaron doce plazas para agentes de refuerzo, los cuales sólo podían trabajar durante un máximo de seis meses [antiguamente podían trabajar un máximo de nueve meses, hasta la entrada en vigor de la Ley de Coordinación de las Policías Locales de las Illes Balears 4/2013], finalmente afrontamos la temporada de verano con sólo siete agentes de refuerzo, en total 53 agentes.

Ya hace unos años se realizó un estudio sobre el número de agentes necesarios para dar una cobertura óptima al servicio policial y se situaba en torno a los 70 agentes, incluyendo mandos policiales, pero de eso ya hace unos años, seguramente si se volviese a realizar el número sería algo superior.

Pero desde aquí me gustaría volver a reivindicar la realización de más cursos básicos de policía local en la isla de Eivissa, a lo que la Conselleria de Interior ya se ha comprometido recientemente, y es de agradecer.

—Los ciudadanos, este año más que nunca, gracias a las redes sociales, hemos sido testigos del tipo de turismo que llena algunos hoteles de Sant Antoni, principalmente en el West End. Algunos vecinos graban vídeos de acciones vandálicas y los suben a la red. ¿Se sienten más presionados como consecuencia de esto?

—El municipio de Sant Antoni recibe una gran cantidad de turistas y visitantes jóvenes que vienen a disfrutar de la oferta de ocio nocturno, que actualmente se centra principalmente en la época estival. Difícilmente se puede pretender que este tipo de turismo no cause problemas de seguridad ciudadana relacionados con el consumo de grandes cantidades de alcohol y estupefacientes, y molestias vecinales, con lo cual no es muy difícil poder grabar o fotografiar los desmanes que se producen, desgraciadamente, con demasiada asiduidad.

Evidentemente, las redes sociales ejercen mas presión, cosa que no ocurría antes. Actualmente cualquier persona cuelga algo en una red social y en pocos minutos puede dar la vuelta al mundo, contra lo que se puede hacer poco o nada.

Desgraciadamente, el municipio de Sant Antoni está recibiendo una mala prensa, y no voy a entrar a valorar si suficientemente justificada o no, pero a su vez ofrece una oferta de ocio muy diferente de tipo turismo rural, cultural, deportivo, náutico, gastronómico, paisajístico... Algo que esta costando mucho dar a conocer pero que ya es una realidad.

—Los agentes cívicos pretendían ser una ayuda, pero nada más empezar dos de ellos fueron apartados por fumar porros en la calle, lo cual les valió muchas críticas y tampoco contaban con el beneplácito de al menos una parte de la plantilla. ¿Cómo valora el trabajo de los agentes cívicos?

—Tuvieron un mal comienzo no se puede negar, pero como pasa en infinidad de ocasiones por la mala actuación de unos pocos se da mal nombre a un colectivo entero. Por los hechos ocurridos nada más iniciarse el servicio, fueron sancionados por infracción a la Ley de Seguridad Ciudadana y expulsados del servicio.

Vaya por delante que a mi parecer, y como ya he dicho anteriormente, mi criterio personal sería el aumento de la plantilla de agentes policiales, y no solo de la Policía Local, sino también de otros cuerpos como, en el caso de Sant Antoni, el de la Guardia Civil. En cuanto a la valoración de los agentes cívicos, creo que en Sant Antoni mientras no se cambie el modelo turístico en la calle, no sobra nadie, teniendo siempre muy presente que el servicio de agentes cívicos no se trataba de un servicio de seguridad. En cuanto al trabajo realizado en la temporada de verano, hace poco se publicaron los datos estadísticos y hay que valorarlo positivamente por el alto número de intervenciones realizadas.

—¿Sería una buena idea contar con ellos para la próxima temporada?

—Eso depende de los presupuestos para el año 2015, y de una decisión principalmente política.

—¿Qué opinión le merece la carpa con equipos sanitarios que se instaló en las inmediaciones del West End? ¿Ha resultado útil?

—La instalación de la carpa del West al margen de que no me pareciese bien ‘estéticamente’ y más tratándose de un servicio sanitario, ha ofrecido una primera asistencia sanitaria a una zona muy concreta del municipio y a un tipo de paciente, si así se le puede denominar. Esta iniciativas privadas ya se han venido realizando en grandes discotecas de todo la isla lo cual se podría llegar a parecerse a una zona muy definida como es la del West.

—Pero, ¿no cree usted que algo así debería correr a cargo de los presupuestos municipales? Porque ahora los costean los empresarios del West End.

—No acabo de ver mal que este tipo de iniciativas, y más si pueden servir para descargar en parte los servicios públicos sanitarios, sean de ámbito privado, sobre todo en grandes concentraciones de personas.