La trampa. Un listón de madera rugosa dentro de un bote con agua invita a los mosquitos tigre a poner sus huevos.

Tras confirmar su presencia en el Polígono de Montecrito (Sant Antoni), el departamento de Medi Ambient del Consell d’Eivissa ha intensificado en las últimas fechas la campaña preventiva contra el mosquito tigre (Aedes albopictus).

La empresa pública Tragsa, que inicialmente instaló unas 30 trampas de oviposición, las ha ampliado hasta un total de 51, de las que 45 se encuentran en Eivissa y seis en Formentera.

Una decena de ellas están en un radio de unos 400 metros del lugar donde se confirmó la presencia de esta especie invasora, en el exterior de la Deixalleria del Cor de Jesús. El resto están repartidas en zonas urbanas –principalmente en fuentes, jardines, cementerios, deixalleries y zonas industriales– de todos los municipios.

Las trampas –un simple bote de plástico que lleva un distintivo del Consell y que contiene agua y una pieza de madera donde estos insectos puedan depositar sus huevos– no han arrojado ningún nuevo caso por el momento.

El biólogo del Consell d’Eivissa, Jaume Estarellas, manifestó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que la situación «no es de alarma, pero es muy importante que todo el mundo esté muy alerta».

«Hay que mantener la vigilancia hasta el invierno y, en primavera, ver si aparecen larvas», añadió el biólogo.
En este sentido, Tragsa continúa la campaña informativa en la zona de Montecristo, aunque la intención de Medi Ambient es extenderla al resto de la isla con la colaboración de todos los ayuntamientos y policías locales. Estarellas indicó que «toda Eivissa» debería seguir las recomendaciones. Entre ellas, destaca la importancia de evitar acumulaciones de agua al aire libre, por pequeñas que sean, limpiar las canalizaciones en las azoteas, tratar correctamente piscinas y lavaderos, cerrar herméticamente fosas sépticas y utilizar tela mosquitera en los conductos de ventilación, pozos y cámaras de aire.
Por otra parte, Estarellas señaló que en Eivissa se está siguiendo el mismo protocolo que se empleó en la isla de Cerdeña, donde también «se detectó una presencia incipiente del mosquito tigre y se consiguió erradicar».