El acto que se celebró junto a la Catedral estuvo cargado de simbolismo y emoción.

Sa Colla de sa Bodega vivió ayer por la mañana uno de sus días más especiales del año, el bautismo o incorporación a la formación de nueve miembros de edades comprendidas entre los 5 y 7 años.

El acto comenzó en torno a las 11.30 horas en la plaza del templo tras concluir la misa que se celebró una hora antes para honrar a Santa María, patrona de Eivissa, y estuvo cargado de emoción. No en vano los pequeños aspirantes, ya miembros desde ayer de todo derecho de Sa Colla de sa Bodega Infantil llevan ensayando con intensidad desde el mes de marzo del año pasado. En total, casi año y medio de aprender sonadas, pasos y comprender la tradición pitiusa.
Con este bautizo que se lleva realizando desde hace doce años Sa Colla de sa Bodega, que ha cumplido su primer cuarto de siglo de vida en este 2015, se garantiza su renovación progresiva. «La tradición y el ball pagès vive por un buen momento en nuestra isla pero lo cierto es que muchos jóvenes cuando cumplen 18 años y se marchan a estudiar fuera lo dejan un poco de lado y lo olvidan hasta que regresan, y por eso son necesarios nuevos miembros que vengan apretando desde abajo», explicó Carmen Tur, directora de la colla.

En este sentido, esta colla también organiza este verano por segundo año consecutivo su particular escola d’estiu en las instalaciones del antiguo colegio de Sa Bodega. Las clases se celebran todos los martes a partir de las 19.30 horas y este año participan 15 niños y jóvenes entre seis y dieciséis años. Sin embargo, Carmen Tur, insistió ayer vivamente que todos los días las puertas de la escuela están abiertas a todos aquellos interesados que quieran aprender a bailar pagès, «sea cual sea la edad, la nacionalidad o la comunidad de la que vengan».