Tras un año de trámites burocráticos y varios episodios de ocupación que alargaron todavía más el interminable proceso legal, los tres pisos sociales que el Ayuntamiento de Eivissa tiene en Dalt Vila abrirán mañana sus puertas para acoger a personas en riesgo de exclusión social que no tienen vivienda.

Los pisos, situados en la ronda Antoni Costa Ramón, tienen una capacidad para acoger a siete personas, que dispondrán de camas individuales y taquillas con llaves durante su estancia. Según explicó el concejal de Benestar Social de Vila, Joan Ribas, estas viviendas serán «una extensión» del actual albergue, saturado por el exceso de demanda que tiene actualmente y que presenta una lista de espera diaria que no baja de las 10 personas. «Estos pisos serán una pata más de nuestra red de recursos para dar una respuesta diferenciada a cada perfil de usuario», añadió.

Las viviendas serán gestionadas por la nueva empresa concesionaria del servicio de acogida municipal, que decidirá qué personas las ocuparán. En este sentido, Ribas explicó que no se distinguirá entre usuarios de baja y alta exigencia, sino en las «circunstancias particulares» de cada uno y la atención que requieran. En cualquier caso, los usuarios serán personas con «problemas puntuales» de vivienda, ya sea porque se han quedado sin trabajo o porque su sueldo o pensión no les permite pagar un alquiler.

Noticias relacionadas

El concejal de Benestar Social afirmó, además, que estas viviendas «no están orientadas a familias». «Una familia tienen que estar junta y, si hay niños, es más delicado», afirmó Ribas quien insistió en que, para este tipo de perfil, el Ayuntamiento opta por dar ayudas para el alquiler.

Los usuarios de estos pisos dispondrán de un tiempo máximo de estancia dependiendo de cada caso personal. Además, todas estas personas dispondrán además de un plan de trabajo elaborado por los servicios sociales municipales con el objetivo de que consigan el objetivo último que es emanciparse por su cuenta.

La reforma de los pisos ha tenido un coste de 15.000 euros, de los cuales 10.000 han sido financiados por la Fundación la Caixa que han servido para reparar los desperfectos sufridos en su interior por las diferentes ocupaciones. Las obras han sido realizadas por un equipo de cinco personas con discapacidad pertenecientes a Apneef.

El Ayuntamiento de Eivissa sólo cuenta con tres de los ocho pisos que conforman este bloque de viviendas. El resto están gestionados por el Institut Balear de la Vivenda (Ibavi), aunque la intención del equipo de gobierno de Vila es conseguir su desafectación, tal y como han hecho con las tres viviendas, cuando acabe el contrato de los inquilinos de los otros cinco en marzo de 2018. «Son pisos que no están dando la respuesta que se pretendía y que no dan solución habitacional a las familias que necesitan vivienda», argumentó el concejal de Benestar Social, quien apuntó como causa a este problema a que los requisitos que el Ibavi pide para alquilarlos «igual son muy cerrados».